El enorme iceberg A-68 desprendido de la Antártida pesa un billón de toneladas y tiene una superficie de 5.800 kilómetros cuadrados, más del doble que Luxemburgo.

Informan sobre la posible trayectoria del iceberg gigante que ‘partió’ la Antártida.

Los investigadores del Centro Helmholtz de Investigación Polar y Marina del Instituto Alfred Wegener (AWI) de Alemania siguen con gran interés el movimiento del enorme iceberg A-68 que se desprendió la semana pasada del témpano de hielo Larsen C en la Antártida y han pronosticado su posible ruta.

Esos científicos han modelado la deriva de icebergs a través de las aguas antárticas según su punto de origen y sus posibles influencias y han destacado cuatro trayectorias por las que pueden viajar.

Según su teoría, el A-68 se desplazará por la costa oriental de la península Antártica, y se alejará del mar de Weddell hacia el océano Atlántico hacia el nordeste, “más o menos hacia las islas Georgias y Sándwich del Sur”, detalla Thomas Rackow, uno de los autores de la investigación.

Para este especialista “será muy interesante” averiguar si esa masa “se moverá como esperamos”, ya que será una prueba real para comprobar a veracidad de los modelos existentes y nuestra comprensión de esos fenómenos.

El iceberg continúa su movimiento.

De momento, el gigantesco trozo de hielo se comporta según lo previsto y continúa a la deriva en el mar de Weddell.

Las últimas imágenes de satélite Deimos-1 muestran que está rodeado de agua clara, lo que indica que la brecha entre el iceberg y el témpano de hielo del que proviene se está ampliando.

Asimismo, una nueva gran grieta indica que el extremo noreste del iceberg se está rompiendo.

¿Catástrofe planetaria?

La Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) estima que el desprendimiento del A-68 resulta particularmente importante ya que, por sus dimensiones, podría “plantear una amenaza al transporte marítimo”.

Además, el desmoronamiento del Larsen C forma parte de una tendencia más amplia de reducción de los estantes de hielo en la región antártica que los científicos vinculan con los efectos del calentamiento global. Sin embargo, este incidente no elevará los niveles del mar de manera considerable.

Tras el desgajamiento de este iceberg, algunos científicos también tratan de predecir qué sucederá si las masas de hielo en los polos se derriten. Vestifinance sospecha que podría suponer “una catástrofe planetaria” que provocaría un aumento del nivel del mar que rondaría los 66 metros.

El portal vaticina que ese desastre natural inundaría ciudades como Miami (Florida, Estados Unidos), Buenos Aires (Argentina) y El Cairo (Egipto) y recuerda que el cambio climático puede provocar hambrunas, inundaciones y la propagación de enfermedades, además de enormes daños económicos.

El iceberg A-68 pesa un billón de toneladas y tiene una superficie de 5.800 kilómetros cuadrados, más del doble que Luxemburgo.

Se trata de una de las mayores piezas que se han desprendido de la masa de hielo antártica desde que comenzó la supervisión vía satélite, a comienzos de los años 90.

Esa separación cambiará por completo el paisaje de la zona y algunas estimaciones indican que supone “un evento de escala planetaria”.