Un nuevo informe multiinstitucional de la Organización Meteorológica Mundial destaca la gran distancia que hay entre las aspiraciones y la realidad climática y advierte que, de no adoptarse medidas “mucho más ambiciosas”, las consecuencias “físicas y socioeconómicas” del cambio climático “serán cada vez más devastadoras”.

 

El estudio titulado “Unidos en la Ciencia” destaca que las concentraciones de gases de efecto invernadero continúan creciendo y alcanzando nuevos máximos. El descenso temporal de los índices de emisión de los combustibles fósiles que se produjo durante los confinamientos por la COVID-19, fueron un espejismo, ya que actualmente superan los niveles previos a la pandemia.

 

También indica que la ambición necesaria para alcanzar los compromisos de reducción de emisiones para 2030 debe ser siete veces mayor para cumplir el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados fijado en el Acuerdo de París.

 

Añade que los últimos siete años han sido los más cálidos de los que se tiene constancia y que la probabilidad que la temperatura media anual sea temporalmente 1,5 grados centígrados más alta que el promedio correspondiente al período 1850-1900, al menos uno de los próximos cinco años, es del 48%.

 

Mientras, las ciudades, que acogen a miles de millones de personas y generan hasta el 70% de las emisiones causadas por el hombre, se enfrentarán a repercusiones socioeconómicas cada vez mayores. Las poblaciones más vulnerables serán las que más sufran, dice el informe, que da ejemplos de fenómenos meteorológicos extremos en diferentes partes del mundo este año.

 

Los fenómenos meteorológicos extremos no son naturales

 

Las inundaciones, las sequías, las olas de calor, los temporales extremos y los incendios forestales van de mal en peor, batiendo récords con una frecuencia cada vez más alarmante”, señaló António Guterres en un mensaje de video por el lanzamiento del informe.

 

António Guterres destacó que la magnitud de fenómenos recientes como las olas de calor en Europa, las inundaciones en Pakistán o las sequías prolongadas en China, el Cuerno de África y Estados Unidos, “no tienen nada de natural” y que representan “el precio que hay que pagar por la adicción de la humanidad a los combustibles fósiles».

 

Por ello, advirtió que los impactos que genera el cambio climático “se están adentrando en un “territorio desconocido de destrucción” y que, pese a esta situación, “cada año insistimos en redoblar esta adicción a los combustibles fósiles, mientras los síntomas empeoran rápidamente”.