El 14 de noviembre (o 13, según la zona horaria) de 2022, el CAPSTONE, un CubeSat del tamaño de un horno microondas y diseñado para probar una órbita lunar especial, entró en órbita a nuestro satélite natural. Para hacerlo se ayudó de un encendido de sus propulsores, gracias a lo cual completó con éxito su maniobra de inserción orbital.

 

El viaje que ha llevado al CAPSTONE de la NASA hasta aquí ha durado algo más de 4 meses. Es un tiempo muy largo si lo comparamos con los varios días que tardaban las naves tripuladas del programa Apolo en viajar de la Tierra a la Luna. Pero en el caso del CAPSTONE ha primado el ahorro de energía propulsiva sobre el tiempo de tránsito.

 

El CubeSat se ha valido en buena parte de la gravedad del Sol para recorrer el camino hasta la Luna. Su trayectoria impulsada por la gravedad ha reducido drásticamente la cantidad de combustible que la minúscula nave ha necesitado para llegar a la Luna.

 

CAPSTONE (Cislunar Autonomous Positioning System Technology Operations and Navigation Experiment) fue lanzado al espacio el 28 de junio de 2022, mediante un cohete Electron de Rocket Lab, desde el complejo de lanzamiento 1 de Rocket Lab en la península de Mahia en Nueva Zelanda.

 

La órbita en la que se encuentra ahora CAPSTONE, a falta de pequeños ajustes ulteriores, es esencialmente la misma que en el futuro ocupará la Gateway, una estación espacial lunar construida por la agencia espacial estadounidense y sus socios comerciales e internacionales que ayudará al despliegue del programa Artemis de la NASA, incluyendo misiones con astronautas. En ese sentido, CAPSTONE sirve de avanzadilla para la estación Gateway.