El terremoto de 1999 en Izmit, Turquía es uno de los mejor registrados en el mundo. Gracias a esos datos y a un análisis realizado recientemente, unos investigadores del Centro Nacional francés de Investigación Científica (CNRS), el Observatorio de Kandilli en Estambul y el Consejo de Investigación Científica y Tecnológica de Turquía (TÜBITAK, por sus siglas en turco), han logrado determinar por vez primera que el terremoto fue precedido por una fase preparatoria que duró 44 minutos antes de la ruptura de la falla.

Esta fase se caracterizó por una señal sísmica característica que se corresponde con un deslizamiento lento a lo largo de la falla. Si se descubre esa señal en otros terremotos quizá sería posible predecir algunos tipos de terremotos varias decenas de minutos antes de la ruptura de la falla.

En el siglo XX hubo 9 terremotos, con una magnitud de 7 o más, a lo largo de la falla del norte de Anatolia, una de las fallas más grandes y activas del mundo.

El 1999, el terremoto de Izmit tuvo una magnitud de 7,6 y devastó parte del noroeste de Turquía, no muy lejos de Estambul. Desde 1999, un equipo de investigadores del CNRS, en colaboración con sismólogos turcos, ha estado estudiando esta región propensa a los terremotos.

Recientemente, los científicos analizaron grabaciones sísmicas obtenidas cerca del epicentro del terremoto de Izmit. Y descubrieron señales sísmicas distintivas que previamente no se había logrado observar, justo antes de la ruptura de la falla. Más específicamente, las grabaciones revelaron una sucesión de vibraciones similares y repetidas que duró 44 minutos.

Aunque este movimiento de la tierra fue casi continuo, resultó demasiado débil para ser sentido por la población. Continuó con intensidad creciente hasta que se desencadenó el terremoto. El análisis de la señal muestra que se produjo por un deslizamiento lento y discontinuo de la falla en la región donde se registró el terremoto.

Las señales muestran que la falla empezó a deslizarse 44 minutos antes de que tuviera lugar la ruptura. El deslizamiento continuó entonces, acelerándose de forma sostenida, hasta el terremoto.