Una investigación llevada a cabo por tres equipos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) (España) tiene como objetivo desenterrar los elementos estructurales perdidos del ácido ribonucleico (ARN), que fueron funcionales en el pasado, para entender las primeras fases de la evolución bioquímica, es decir, de la vida compleja.

 

En colaboración con el Centro de Investigación en Red de enfermedades hepáticas y digestivas (Instituto de Salud Carlos III), el estudio se publica en la portada de la revista Annals of New York Academy of Sciences.

 

Los científicos han ideado un nuevo método para buscar en el ARN actual elementos del ARN antiguo que han sido reprimidos, desdibujados o reorganizados a lo largo de la evolución. El procedimiento, denominado Arqueología del ARN codificante, podría tener aplicaciones en virología, ya que abre la puerta a encontrar pequeñas moléculas capaces de impedir la replicación de determinados virus patógenos, como el de la hepatitis C.

 

Los investigadores proponen estudiar el pasado molecular del ARN mensajero (ARNm), el ácido ribonucleico de una sola cadena que transfiere a las proteínas la información contenida en el ADN celular. El objetivo es determinar si estas moléculas de ARN codificante esconden en su interior elementos estructurales capaces de ser reconocidos por enzimas actuales con orígenes arcaicos y si estos forman patrones.

 

“Todos estos factores remiten de una u otra forma al pasado remoto de la vida dentro de la etapa de su origen, que conocemos como ‘mundo del ARN’. Se trata, por tanto, de describir la historia evolutiva del ARN observándola con ‘ojos de enzima’. De esta forma, trabajamos como el arqueólogo que explora el pasado remoto y lo interpreta en función de los objetos que encuentra en los estratos más antiguos”, explica el investigador Jordi Gómez, que ha liderado este trabajo desde el Instituto de Parasitología y Biomedicina López Neyra.