La ingesta de carne de cerdo es indispensable en una dieta balanceada al ser un alimento necesario para el crecimiento, ya que aporta cantidades importantes de hierro, zinc, carnitina, aminoácidos esenciales y vitamina B12. De hecho, es una de las pocas fuentes dietéticas que contiene dicho nutriente, trascendental para mantener sanas las neuronas y los glóbulos sanguíneos.

 

A partir de este contexto, la doctora María de la Luz Zambrano, en colaboración con la doctora Susana Mendoza Elvira, ambas académicas de la Facultad de Estudios Superiores Cuatitlán (FES-C) (México), desarrollaron un envase nano-activo con aceite de romero que alarga la vida útil de la carne de cerdo al vacío y la protege de la contaminación bacteriana, un trabajo que además de promover este alimento como un ingrediente seguro y favorable para la población surge de un principio ecológico.

 

Por sus nutrientes naturales, la carne es susceptible de desarrollar E.coli, aunado a factores como la distribución, un mal almacenamiento, las condiciones medioambientales y la manipulación, que pudieran representar un mayor riesgo de contaminación.

 

La doctora Zambrano partió de pruebas para determinar las cantidades de CO2 generadas por distintas especies y su contribución al calentamiento global. «Sabemos que hoy en día tendremos que consumir productos de origen animal que ocasionen menos daño sobre el ambiente y uno de esos productos es la carne de cerdo“, señala.

 

Así, con el objetivo de ofrecer un alimento inocuo, la investigadora empacó al vacío el lomo de cerdo con un recubrimiento nanoactivo a base de aceite de romero capaz de disminuir la proliferación de microorganismos y conservar las propiedades organolépticas de la proteína.