El ser humano es la única especie de la Tierra que utiliza el lenguaje. Lo hacemos combinando sonidos para formar palabras y combinamos esas palabras para formar frases estructuradas jerárquicamente. La pregunta sobre cuál es el origen de esta extraordinaria capacidad sigue sin tener respuesta.

 

Para rastrear los orígenes evolutivos del lenguaje humano, los especialistas en el tema suelen utilizar un enfoque comparativo: comparan la producción de “vocalizaciones” (o sonidos semejantes a los del habla) en otros animales, en particular los primates, con la producción de tales sonidos en el ser humano.

 

Al hablar, los humanos usamos una cantidad de sonidos diferentes que suele ser inferior a 50 en la mayoría de las lenguas. Pero gracias a la manera estructurada en que combinamos los sonidos para formar palabras y al modo en que combinamos jerárquicamente estas palabras para formar frases, esa cantidad modesta de sonidos básicos nos basta para expresar una cantidad virtualmente infinita de significados intencionados.

 

El caso es que los primates no humanos utilizan para comunicarse una cantidad de sonidos básicos distintos solo un poco menor que la nuestra, 38. Pero se ha venido subestimando su capacidad de combinarlos, a juzgar por lo descubierto en el nuevo estudio; y, aunque obviamente dicha capacidad de combinación no es tan sofisticada como la nuestra, en algunos casos es lo bastante compleja para que podamos entrever en esta comunicación entre primates no humanos cómo se forjó la capacidad humana para la comunicación.

 

El equipo internacional de Cédric Girard-Buttoz, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Alemania, grabó miles de vocalizaciones producidas por los miembros de tres grupos de chimpancés salvajes en el Parque Nacional de Taï, en Costa de Marfil. Girard-Buttoz y sus colegas identificaron los tipos diferentes de sonidos y evaluaron cómo los chimpancés los combinaban para formar secuencias vocales. «Observar a los animales en su entorno social y ecológico natural revela una complejidad hasta ahora desconocida en su forma de comunicación», destaca Girard-Buttoz. «La sintaxis es un rasgo distintivo del lenguaje humano y para dilucidar el origen de esta capacidad humana es crucial entender cómo se estructuran las vocalizaciones en los primates no humanos», añade Emiliano Zaccarella, coautor del estudio.