La curcumina es una sustancia que se utiliza como colorante de alimentos que está presente en el polvo extraído de la raíz de la cúrcuma o azafrán de raíz (Curcuma longa). Y puede ayudar a prevenir o a combatir el cáncer de estómago.


En el marco de un estudio llevado a cabo en Brasil por investigadores de las universidades Federal de São Paulo (Unifesp) y de Pará (UFPA), se apuntaron los posibles efectos terapéuticos de este pigmento y de otros compuestos bioactivos hallados en alimentos contra este tipo de cáncer, que ocupa el tercer lugar en frecuencia entre los varones y el quinto entre las mujeres en el país.

Este estudio, producto de un Proyecto Temático que contó con el apoyo de la FAPESP, salió publicado en la revista Epigenomics.

“Llevamos a cabo una vasta revisión en la literatura científica de todos los nutrientes o compuestos bioactivos con potencial para prevenir o tratar el cáncer gástrico y detectamos que la curcumina es uno de ellos”, dijo Danielle Queiroz Calcagno, docente de la UFPA y primera autora del estudio.

De acuerdo con la investigadora, quien realizó su posdoctorado en la Unifesp con beca de la FAPESP, compuestos tales como el colecalciferol (una forma de la vitamina D), el resveratrol (un polifenol) y la quercetina pueden prevenir o combatir el cáncer de estómago porque son reguladores naturales de la actividad de las histonas.

Estas proteínas forman un complejo denominado nucleosoma, que funciona como una matriz alrededor de la cual se enrolla el ADN como un hilo en su carretel. De esta forma, ese núcleo proteico permite compactar el ADN y acomodarlo en el interior de las células, empaquetado en una estructura denominada cromatina.

Una modificación química en la cadena de aminoácidos de esas proteínas tras su traducción, tal como la acetilación –la introducción de un grupo acetilo– o la metilación –el agregado de un grupo metilo–, puede tener efectos sobre la compactación del ADN a cargo de la cromatina y, por consiguiente, sobre la expresión de los genes.