Desierta de transeúntes, pero llena de autos estacionados, en la calle Las Damas resalta la presencia de un pequeño grupo de turistas. Un guía camina explicando en voz alta, primero en español. Luego en inglés. Estoy ante la Casa de Rodrigo de Bastidas. Tal vez en el punto donde cuentan los relatos fue muerto Francisco Tostado por una bala de cañón durante la invasión del corsario Drake. En lo alto de la fachada una estatua de Santa Bárbara corona el portal. 

Por el espacio abierto de una pequeña puerta en el portal de líneas neoclásicas pasa mi hijo Alexis. ‘No se puede entrar’ dice un uniformado sentado en una silla plástica. Es que hoy está cerrado.

‘Sólo tomar desde aquí unas fotos del patio’ agrego mientras admiro la arcada de ladrillo en primer plano y tras ella la naturaleza que despliega su verdor en el bien cuidado espacio. Una bella perspectiva hacia el río. A un nivel inferior, que no puede verse desde donde nos encontramos, hay unos arcos bajos. Algunos dicen que era aquí donde arrancaba la cadena que cruzaba el Ozama. Otros, que fueron de las letrinas de la casa.

Desde 2014, la Casa de Bastidas está dedicada a servir de asiento del Museo Infantil Trampolín. ‘¿Sigue funcionando el museo?’  El vigilante dice que sí. ‘¿Quién es la directora?’ ‘Margarita González’, responde. (Se refiere a la museóloga Margarita González Auffant). Es ella quien luego me indica que el museo tiene nueve salas de exhibición, donde de manera sensorial, interactiva y lúdica se enseña a los niños de 6 a 12 años sobre el planeta tierra, los orígenes de la vida, etcétera. 

En la cercanía

Al salir de Casa de Bastidas comento a Alexis que los paseos culturales que estamos realizando me recuerdan cuando, en el año 1979, Juan Alfredo Biaggi y yo ‘pateábamos’ la Ciudad Colonial para escribir la guía turística-cultural ‘Santo Domingo Llave de las Indias Occidentales’, publicada por el ICDA y Turismo. En ese entonces llegamos a sentarnos en las aceras por el cansancio.  
Con dicha guía como pauta miro al frente la sede de la Sociedad Dominicana de Bibliófilos en una casa restaurada, con detalles renacentistas.

De principios del siglo XVI, era la típica vivienda de una familia de la burguesía acomodada de la época. Seguimos por la acera de Casa de Bastidas hasta El Conde. Aquí se levanta el edificio donde estuvo la Comandancia de Armas. Después la gobernación civil y militar de la provincia y el cuartel de la Policía Gubernativa. 

El Estanque

Hacia la derecha corren las escalinatas de piedra que dan acceso a los muelles. Tiempos atrás se extendía aquí una laguna alimentada por las aguas del Ozama. La llamaban El Estanque. También Tanque. En sus orillas funcionó un lavadero de coches, carretas y un baño de caballos.