Por vez primera, se han observado pruebas geológicas directas de actividad volcánica reciente en la superficie de Venus.

 

Los autores del hallazgo han hecho el descubrimiento tras examinar y analizar imágenes de archivo de la superficie de Venus que fueron captadas mediante radar por la sonda espacial Magellan (Magallanes) hace más de 30 años, en la década de 1990. Las imágenes han revelado una chimenea volcánica que cambió de forma y aumentó considerablemente de tamaño en menos de un año.

 

Estudiar los volcanes activos ayuda a conocer cómo el interior de un planeta puede moldear la corteza de este, impulsar su evolución geológica y afectar a su habitabilidad. Una de las nuevas misiones de la NASA a Venus tendrá como objetivo principal precisamente eso. VERITAS (Venus Emissivity, Radio science, InSAR, Topography, And Spectroscopy) se lanzará en una década. El orbitador estudiará a distancia la superficie de Venus y su interior profundo, hasta el núcleo, para intentar averiguar cómo un planeta rocoso del mismo tamaño que la Tierra y solo un poco más cerca del Sol que esta tomó un camino muy diferente al que siguió nuestro mundo, convirtiéndose en un planeta cubierto de llanuras volcánicas y terreno deformado oculto bajo una atmósfera espesa y tórrida.

 

Robert Herrick, de la Universidad de Alaska en Fairbanks, Estados Unidos, y que también es miembro del equipo científico de VERITAS, decidió buscar actividad volcánica reciente en los datos recolectados por la Magallanes, aunque confiesa que no creía que fuese a encontrar nada. Sin embargo, tras unas 200 horas de comparar manualmente imágenes de cada zona captadas por la Magallanes en momentos distintos, vio que dos imágenes de la misma zona tomadas con ocho meses de diferencia mostraban cambios geológicos reveladores causados por una erupción.