La NASA, la agencia espacial estadounidense que también se ocupa de la aeronáutica, lleva tiempo trabajando en investigaciones y desarrollos técnicos para poner a punto la base tecnológica que permita hacer una transición hacia los aviones eléctricos para muchos de los casos en los que hoy se emplean aviones contaminantes.

 

La NASA ha seleccionado a dos empresas estadounidenses para que trabajen en su proyecto EPFD (Electric Powertrain Flight Demonstration), cuya meta es poner a punto las tecnologías que permitan fabricar aeronaves con motores eléctricos para aplicaciones en las que hoy se usan aeronaves con motores de combustión contaminantes.

 

El objetivo es comenzar a introducir estas nuevas tecnologías en flotas de aviones no más tarde del año 2035. La primera aplicación estaría en vuelos comerciales regionales y de corto alcance, con velocidades por debajo de la barrera del sonido (menos de Mach 1).

 

Las dos empresas contratadas por la NASA son MagniX USA Inc. y GE Aviation, esta última dependiente de General Electric.

 

A lo largo de cinco años, las empresas seleccionadas realizarán demostraciones en tierra y en vuelo de sus tecnologías de propulsión aérea con motor eléctrico aplicables al transporte aéreo comercial.