La depresión es defi­nida por expertos co­mo una enfermedad o trastorno mental que lleva a las personas a vivir en un mundo en el que la tristeza, decaimiento, pérdida de interés por todo y la disminución de las funciones psíquicas son sus mejores aliadas, algo que puede ser muy dañino para quienes la padecen.

Este es un tema con mucho ta­bú, quizás por temor al qué dirán los demás. Sin embargo, los co­nocedores del tema recomiendan hablar del problema en vez de ca­llar para así evitar complicaciones mayores.

Este año al celebrarse el Día Mundial de la Salud Mental, dos influenciadoras hicieron caso a este llamado, dejaron de lado las barreras del tabú y se atrevieron a hablar públicamente de su de­presión.

Erika de La Vega, presentadora de televisión y locutora venezo­lana, junto a la bloguera de mo­da colombiana, Camila Zuluaga tras reconocer que tuvieron de­presión decidieron compartir su experiencia públicamente para hacer visible esta enfermedad y motivar a que otras personas para que reconozcan los síntomas bus­quen la ayuda de un profesional a tiempo.

Las jóvenes dejaron al descu­bierto sus respectivas vivencias y explicaron por qué para ellas es clave derribar la barrera que impi­de hablar de una enfermedad que impacta a más de 300 millones de personas en el mundo y al 5% de la población en América Latina.

En apoyo
Motivados por cambiar esta percepción que tiene la sociedad de callar en vez de hablar, Jans­sen, Compañías Farmacéuticas de Johnson & Johnson, convocó a periodistas de la región a un we­binar para conocer la historia de Zuluaga y Vega.

“Mi manager y yo no quería­mos decirles a las marcas con las que trabajo ni a mis seguidores que yo tenía depresión, y mucho menos que estaba en una clíni­ca psiquiátrica. Sin embargo, de­cidí hablarlo públicamente por­que entendí que mi historia podía ayudar a otras personas con esta enfermedad a buscar ayuda pro­fesional como lo hice yo”, explicó Camila Zuluaga.

Durante todo un año estuve sintiéndome muy cansada, des­ganada, con ganas de dormir to­do el tiempo, pero yo se lo atri­buía al trabajo, a la obra de teatro que tenía un horario intenso, pe­ro luego me atreví a comentárse­lo a una amiga, y ella fue la que me aconsejó ir a consultar a un especialista”, cuenta Erika de la Vega. Para mí fue clave recono­cerlo y tratarlo, confiesa.

A tomar en cuenta
Cuando una persona con una depresión mayor no responde a dos líneas de tratamiento o más, en dosis, tiempo y cumplimiento adecuado se considera que tiene depresión resistente al tratamien­to (DRT), según datos ofrecidos por Leandro Aldunate, director de asuntos médicos, Neurociencias, en Janssen Latinoamérica.

CLAVES
Conteo

Según afirmaciones del doctor, Gerardo García Bonetto, médico psiquiatra e investigador de uno de los centros donde se hizo el análisis, los resultados del estudio epidemiológico TRAL (Depresión Resistente al Tratamiento en América Latina), realizado con el apoyo de Janssen en la región, mostró que el 29.1% de los pacientes con depresión mayor de los centros clínicos estudiados padecían DRT”.