Para persistir, la vida debe reproducirse. A lo largo de miles de millones de años, los organismos han desarrollado muchas formas de replicarse, desde las plantas que brotan a partir de semillas, hasta los animales dotados de sexualidad o los virus invasores que usan a sus víctimas para que les repliquen.

 

Ahora unos científicos han descubierto una forma totalmente nueva de reproducción biológica, y han utilizado su descubrimiento para crear lo que podría considerarse como la primera generación de robots vivos autorreplicantes de la historia.

 

El mismo equipo que construyó las primeras estructuras calificables de «robots vivos» («xenobots», ensamblados a partir de células de rana y que fueron dadas a conocer en 2020) ha descubierto ahora que estos organismos diseñados por ordenador y ensamblados a partir de este diseño pueden encontrar células individuales, reunir cientos de ellas y ensamblarlas para crear «bebés» xenobots dentro de una estructura especial, dando lugar, unos días después, a nuevos xenobots que tienen el mismo aspecto que sus «progenitores» o creadores y que se mueven del mismo modo en que lo hacen ellos.

 

Y, más impresionante todavía, estos nuevos xenobots, habiendo madurado, pueden recolectar células y construir copias de sí mismos. Con el diseño adecuado, se autorreplican espontáneamente una y otra vez.

 

El trabajo de investigación y desarrollo en esta reciente fase del proyecto lo ha realizado un equipo que cuenta con la dirección de Joshua Bongard, experto en robótica y ciencias de la computación en la Universidad de Vermont, y Michael Levin, experto en biología de la Universidad Tufts, ambas instituciones en Estados Unidos.