Los abejorros y algunos otros insectos alados son capaces de seguir volando aunque sus alas tengan algunos daños, incluyendo agujeros. Esta capacidad no ha estado al alcance de los robots con tamaño y forma de insectos, hasta ahora.

 

Inspirándose en la resistencia de las alas de abejorros a daños, el equipo de Suhan Kim, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Estados Unidos, ha desarrollado técnicas de reparación que permiten a un robot aéreo del tamaño de un insecto sufrir graves daños en los actuadores (músculos artificiales) que accionan sus alas, pero seguir volando con eficacia.

 

Kim, Kevin Chen del MIT y sus colegas optimizaron estos músculos artificiales para que el robot pueda aislar mejor los defectos y superar daños menores, como pequeños agujeros en el actuador. Además, han demostrado un novedoso método de reparación por láser que puede ayudar al robot a recuperarse de daños graves, como un incendio que chamusque parte de un actuador.

 

Gracias a estos avances, durante los experimentos un robot dañado pudo seguir volando después de que uno de sus músculos artificiales fuera pinchado con 10 agujas. En otra prueba, el actuador pudo seguir funcionando después de que una quemadura abriese en él un gran agujero. Un robot consiguió seguir volando incluso después de que los investigadores le cortaran el 20% de la punta del ala.

 

Esta resistencia a daños podría mejorar notablemente la capacidad de los enjambres de robots diminutos para realizar tareas en entornos hostiles, como por ejemplo misiones de búsqueda en edificios en ruinas.