La comunicación por láser almacena la información en las oscilaciones de las ondas de luz de los rayos láser.

 

Actualmente, la tecnología más utilizada para las comunicaciones espaciales se basa en las ondas de radio. Las transmisiones se realizan de maneras no muy distintas a cómo se envían las emisiones de radio al receptor de un automóvil o a cómo se comunica un teléfono móvil con una torre de telefonía. Ante objetivos más ambiciosos de actividad humana en el espacio, como por ejemplo los planes de la NASA de establecer una base habitable en la Luna y enviar astronautas a Marte, unas comunicaciones más eficientes son esenciales para que las operaciones de las misiones se desarrollen sin contratiempos y la recolección de información científica sea lo más eficaz posible.

 

Las capacidades de velocidad ultraelevada de las comunicaciones láser, también conocidas como comunicaciones ópticas, permitirán almacenar más datos en cada transmisión desde el espacio.

 

Recientemente, la NASA y otras entidades colaboradoras lograron un importante récord en el camino hacia las comunicaciones láser espaciales: conseguir un caudal de 200 gigabits por segundo (Gbps) en un enlace láser entre la Tierra y un satélite en órbita a ella. Esta es la mayor velocidad de transmisión de datos alcanzada hasta hoy en esta clase de tecnología.

 

Este enlace de comunicaciones fue logrado por el sistema TBIRD (TeraByte InfraRed Delivery), puesto en órbita por el satélite PTD-3 (Pathfinder Technology Demonstrator 3) de la NASA, y supera el récord anterior de 100 Gbps conseguido previamente por el mismo equipo en junio de 2022. Con esta veloz conexión, TBIRD puede enviar a la Tierra varios terabytes de datos en una sola pasada de seis minutos sobre el área de captación de una estación terrestre. Un solo terabyte equivale a unas 500 horas de vídeo de alta definición.