Aunque en la actualidad los mamíferos hipomorfos (o ecuoideos) solo están representados por un género (‘Equus’) y algunas pocas especies de caballos, asnos y cebras, en el periodo Eoceno (hace entre 56 y 33,9 millones de años) existía una mayor diversidad de ellos. Uno de los grupos más extendidos en Europa –por aquel entonces un archipiélago– fueron los paleotéridos, llamados así por el género ‘Palaeotherium’ descrito en 1804, a partir de fósiles provenientes de las canteras de Montmartre (París), por el famoso naturalista francés George Cuvier.

En una nueva investigación dirigida por Leire Perales-Gogenola, de la Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU), se describen dos nuevas especies de mamíferos paleotéridos que habitaban en el paisaje subtropical de Zambrana (Álava) hace unos 37 millones de años. Junto a sus colaboradores del grupo de investigación de Paleontología de Vertebrados de la UPV/EHU, ha descrito las nuevas especies, ‘Leptolophus cuestai’ y ‘Leptolophus franzeni’, dedicadas a la memoria de los paleontólogos Miguel Ángel Cuesta, natural de Palencia (España), y Jens Lorenz Franzen, natural de Bremen (Alemania), especialistas en las faunas de mamíferos del Eoceno de Europa.

Los paleotéridos (o pseudocaballos) estuvieron representados en el archipiélago europeo por más de media docena de géneros, más de la mitad endémicos de la isla Ibérica, y se extinguieron durante la crisis climática-biológica del tránsito Eoceno-Oligoceno, también llamada la ‘Grande Coupure’ de Stehlin. Por su aspecto corporal, los paleotéridos fueron mamíferos parecidos a los caballos actuales, pero de tamaño más pequeño. “¿Se imaginan animales similares a caballos de tres dedos del tamaño de un perro fox terrier, de un dogo alemán y de un asno habitando en un paisaje subtropical de Álava? Gran parte de esos pseudocaballos se han descrito en el yacimiento de Zambrana –puntualiza la Dra. Ainara Badiola, miembro del equipo-. Por ejemplo, las especies ‘Pachynolophus zambranensis’ e ‘Iberolophus arabensis’, que fueron definidas por primera vez en ese enclave paleontológico”.

Las dos nuevas especies no solo amplían el registro fósil y la biodiversidad de las faunas de paleotéridos, sino que presentan características dentarias atípicas para los ecuoideos del Eoceno. “Sus molares son de corona muy alta y están recubiertos por una gruesa capa de cemento. Ese tipo de dentición, presente también en otros paleotéridos endémicos ibéricos, podría ser indicativa de una diferencia en las condiciones ambientales entre el área ibérica y la centroeuropea, con condiciones más áridas o bosques menos densos o cerrados y con la presencia de áreas más abiertas en Iberia”, explica Perales-Gogenola.

Al final del Eoceno, en Europa, los bosques de carácter intertropical fueron desapareciendo y dieron paso a comunidades vegetales de matiz más templado, con áreas más abiertas. Los caballos modernos o équidos aparecieron en Europa más tarde, en el Mioceno (hace entre 23 y 5,3 millones de años). Su dentición, de coronas muy altas, está adaptada a la ingesta de una vegetación con alto contenido en sílice (pastos). La nueva especie ‘Leptolophus cuestai’ del yacimiento del Eoceno superior de Zambrana (Álava) también muestra unos molares con coronas atípicamente altas, semejantes a los de algunos de los primeros équidos de Europa.