Unos investigadores del Instituto Neurológico de la red de centros de salud del Hospital Metodista de Houston en Estados Unidos redujeron en más de un tercio el tamaño de un tumor mortal de cerebro (un glioblastoma) utilizando un casco que generaba un campo magnético oscilante no invasivo que el paciente llevaba en la cabeza mientras se administraba la terapia en su propio domicilio.

El paciente, de 53 años, falleció por una lesión no relacionada con el caso al mes de iniciarse el tratamiento, pero durante ese breve periodo de tiempo desapareció el 31% de la masa tumoral. La autopsia de su cerebro confirmó el rápido efecto del tratamiento.

La investigación la han llevado a cabo David S. Baskin, Martyn A. Sharpe, Lisa Nguyen y Santosh A. Helekar, todos del citado instituto.

El glioblastoma es el más mortífero de los cánceres cerebrales en adultos, casi siempre mortal, con una esperanza de vida de entre unos pocos meses y dos años.

Cuando el glioblastoma del paciente reapareció en agosto de 2019, Baskin y su equipo, que ya trabajaban en el tratamiento con campos magnéticos oscilantes en modelos de ratón, recibieron la autorización de la FDA (la agencia gubernamental estadounidense de alimentos y medicamentos) para usar en este paciente el tratamiento magnético experimental, al no haber ya más opciones para intentar salvarlo.

El tratamiento que se le administró consistía en la aplicación intermitente de un campo magnético oscilante generado por imanes permanentes giratorios con un perfil de frecuencia y un patrón de tiempo específicos. Primero se administró durante dos horas bajo supervisión en una clínica, y los tratamientos posteriores se realizaron en su vivienda con ayuda de la esposa del paciente, con tiempos de tratamiento cada vez mayores hasta un máximo de seis horas al día.