El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, llamó ayer martes en Brasilia a sus pares suramericanos a superar las diferencias «ideológicas» y a trabajar en la integración regional, pero las disensiones sobre Venezuela volvieron a dividir.

Desde que regresó al poder en enero, Lula ha intentado devolver el protagonismo a Brasil en la escena internacional y en esta primera cumbre suramericana en casi una década pretende lanzar una nueva versión de la paralizada Unasur.

«Dejamos que las ideologías nos dividieran e interrumpieran esfuerzos de integración, abandonamos canales de diálogo y mecanismos de cooperación, y con eso todos perdimos», afirmó Lula en su discurso de apertura antes de la cita a puerta cerrada en Itamaraty, sede de la cancillería.

«Los elementos que nos unen están por encima de las diferencias ideológicas», añadió.

Sin embargo, el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, dejó claro que estas divisiones siguen pesando.

El mandatario de centroderecha criticó que su par brasileño defendiera en la víspera a Nicolás Maduro al asegurar que las denuncias de autoritarismo en Venezuela es una «narrativa».