Gracias a datos del observatorio de alta energía Integral de la ESA, se han conocido los procedimientos mediante los cuales un misterioso agujero expulsó “balas” de plasma mientras rotaba en el espacio.  

 

El agujero negro en cuestión forma parte del sistema binario V404 Cygni y absorbe material de su estrella compañera. Se halla en la Vía Láctea, a unos 8.000 años luz de la Tierra, y fue identificado por primera vez en 1989, cuando provocó una enorme emisión de material y radiación de alta energía.

 

Tras 26 años de inactividad volvió a despertar en 2015 y, durante un breve lapso, se convirtió en el objeto más brillante del firmamento observable en rayos X de alta energía.

 

Astrónomos de todo el mundo apuntaron sus telescopios terrestres y espaciales hacia este objeto celeste y descubrieron que el agujero negro presentaba un comportamiento peculiar.

 

Ahora, un nuevo estudio basado en datos recopilados durante la emisión de 2015 acaba de arrojar luz sobre los procedimientos internos de este monstruo cósmico. Los resultados se han publicado en la revista Nature.

 

“Durante el estallido observamos detalles de los chorros emitidos al expulsarse material a muy alta velocidad desde las inmediaciones del agujero negro”, explica Simone Migliari, astrofísico de la ESA y coautor del artículo.

 

“Se ven chorros expelidos en distintas direcciones en menos de una hora, lo que significa que las regiones interiores del sistema rotan a bastante velocidad”.