Estas peculiares estatuas y otras del mismo estilo están consideradas por mucha gente como las más misteriosas del mundo. Son además un tema recurrente de investigación y constituyen desde hace tiempo una fuente incesante de enigmas.

 

Se trata de los moáis de la isla de Pascua.

 

Aproximadamente entre los años 1200 y 1500 de nuestra era, esta pequeña y remota isla, también conocida como Rapa Nui, y ubicada a unos 3.000 kilómetros de la costa chilena, estaba habitada por más de 10.000 personas, las cuales se habían organizado en una sociedad bastante avanzada y tecnológicamente sofisticada. Durante ese lapso, los pobladores usaron grandes embarcaciones para la pesca y la navegación, construyeron numerosos edificios y las mundialmente famosas estatuas gigantes. Sin embargo, en el siglo XVIII, cuando los exploradores europeos llegaron por primera vez a la isla, la población había caído hasta unas 2.000 personas, quienes además vivían en condiciones casi primitivas, sin apenas restos de la rica cultura anterior.

 

¿A qué se debió esta rara involución? Esta pregunta se la llevan haciendo desde hace mucho tiempo arqueólogos, antropólogos, historiadores y otros científicos.

 

En algunos de los estudios completados en años recientes se han hecho hallazgos importantes, pero en bastantes casos tales hallazgos aportan más misterio que el que disipan.