La humanidad pide a gritos una vacuna pa­ra prevenir el Covid-19. Hay científicos, laboratorios, universidades y firmas de todo el mundo que se han empleado a fondo para lo­grarla. Pero el hecho de que sea una necesidad imperio­sa no compromete el cum­plimiento que debe seguir su desarrollo para que dé una respuesta segura y efi­caz a la situación creada por el virus.

Tatiana Deschamps, di­rectora médica de Johnson & Johnson para Venezuela, Centro América y el Caribe tiene una buena noticia pa­ra aliviar un poco la carga de preocupación y miedo que tiene la población lati­na, donde cada vez hay más casos de muertes y de con­tagio. Se trata de que la fase 1/2a del ensayo clínico de su vacuna candidata para prevenir el Covid-19, inicia­rá en julio y no en septiem­bre como estaba previsto.

Estar en la la fase 1/2a del estudio significa que ya están en la etapa donde se pone a prueba la seguri­dad, los efectos secundarios y la mejor dosis de un trata­miento nuevo.

Los esfuerzos que hace la firma para acelerar el de­sarrollo y la producción de una vacuna contra el SARS-CoV-2 se han aumentado por la colaboración entre Janssen y la Autoridad de Investigación y Desarrollo Avanzado Biomédico (BAR­DA), parte de la Oficina del Secretario Asistente de Pre­paración y Respuesta (AS­PR) en el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos.

En respuesta a que cuá­les son las fases por las que debe pasar una vacuna y en qué consiste cada una de ellas, Deschamps dijo que su desarrollo pasa por tres etapas. Las definió.

Etapa de evaluación an­tes de la utilización en seres humanos, en donde se eva­lúa si la vacuna candidata genera la protección que se necesita.

Primera etapa de evalua­ción en seres humanos, en donde se evalúa la seguri­dad y si la vacuna funciona en la prevención en una po­blación más reducida.

Segunda etapa de eva­luación en seres humanos, en donde se expande la can­tidad de seres humanos ex­puestos a la vacuna, au­mentando la evaluación de seguridad y eficacia de la misma.

El proceso
Al hablar sobre el tiem­po promedio que se toma el desarrollo de una vacuna, la especialista detalla que nor­malmente este proceso to­ma entre siete y ocho años, pero que en la firma para la que trabajase han dedi­cado de manera incansable junto a otras instituciones de salud, autoridades sani­tarias y órganos internacio­nales para acelerar al máxi­mo los tiempos, pero con la garantía de evaluar de ma­nera eficiente la seguridad y eficacia de la vacuna can­didata.

Comenta que la del SARS-CoV-2 que ellos de­sarrollan podría estar lista antes de lo acostumbrado porque cuentan con la ex­periencia en la utilización de su plataforma de desa­rrollo de vacunas. “Esto nos pone en una posición ideal para ayudar a responder a las necesidades de salud pública de nuestros tiem­pos. Esta plataforma ha permitido una reacción rá­pida para el desarrollo de otras terapias transforma­doras, como fue el caso de la vacuna contra el Ébola. Esta misma experiencia la estamos aplicando para el desarrollo de vacunas can­didatas contra otras necesi­dades apremiantes de nues­tros tiempos, como lo es el HIV y el virus sincicial respi­ratorio”, explica.

Sobre la plataforma que disponen para el desarro­llo de vacunas, Deschamps informa que tiene una ca­pacidad de producción de varios millones de dosis, al­go fundamental para res­ponder a una pandemia. “La capacidad de produc­ción de las dosis es tan im­portante cuanto la seguri­dad y eficacia de la vacuna. Sabemos que las necesida­des de salud son globales y por eso estamos buscando activamente expandir aún más nuestra capacidad de producción en Europa y en otras geografías”, señala.

El costo de desarrollo
Acerca de este tema, la di­rectora médico de la refe­rida firma, sostiene que el costo de una vacuna es muy variable y depende de varios factores. “En lo que a no­sotros respecta, puedo de­cir que durante más de 130 años hemos buscado man­tener con buena salud a per­sonas de todas las edades y de todas las etapas de la vida enfocándonos más que todo en soluciones”, dice.

 PREGUNTA Y RESPUESTA
¿Quién puede formar parte de un ensayo clínico de una vacuna? En el caso de la que están desa­rrollando ustedes, ¿dónde están, ¿cómo se seleccionan, reciben al­gún beneficio o es totalmente vo­luntario?

El ensayo clínico que iniciaremos a me­diados de julio contará con la partici­pación de más de 1,045 voluntarios sa­nos en Estados Unidos y Bélgica que se encuentran entre los 18 y 55 años y también con mayores de 65 años. Co­mo en otros ensayos clínicos, la partici­pación es siempre voluntaria y condu­cida de acuerdo con las guías interna­cionales para el desarrollo de este tipo de estudios. Así lo explica Deschamps, neumóloga, con alrededor de 15 años de experiencia en la industria farma­céutica.

En un contexto de pandemia co­mo la actual, una vez encontrada una vacuna, ¿cómo se determina su distribución? ¿A quiénes se les debería administrar primero?

Considerando los números de casos en las distintas regiones del mundo sabe­mos que los niveles de transmisión son dinámicos. Tomando en cuenta que tendremos éxito en el desarrollo de la vacuna candidata, trabajaremos en conjunto con las organizaciones inter­nacionales para garantizar que nues­tras soluciones alcancen a todas las personas que las necesitan. Con este mismo objetivo estamos buscando ac­tivamente expandir nuestra capacidad de producción para apoyar a los es­fuerzos del control de la pandemia.

¿Están las farmacéuticas en ca­pacidad de producir una vacuna contra el SARS-CoV-2 para prácti­camente todo el mundo?

Nosotros nos basamos en nuestra ex­periencia en la producción masiva de vacunas para garantizar la disponibili­dad de mil millones de dosis de nues­tra vacuna candidata durante 2021. Lo hemos hecho en el pasado, con el caso de la vacuna para el Ébola.

En paralelo a nuestros esfuerzos en desarrollar esta vacuna, estamos am­pliando aún más nuestra capacidad de producción. Estamos trabajando in­cansablemente para cumplir con nues­tro compromiso y objetivo de brindar una respuesta rápida, eficaz y segura ante la pandemia de coronavirus.