La microbiota o flora intestinal de los neandertales ya incluía algunos microorganismos beneficiosos que también se encuentran en nuestros propios intestinos. Así lo revelan los resultados de una investigación para la que se utilizó ADN antiguo procedente de sedimentos fecales de 50.000 años atrás encontrados en el yacimiento arqueológico de El Salt, cerca de Alicante, en la Comunidad Valenciana (España).

 

Publicado en la revista académica Communication Biology, el estudio respalda la hipótesis de la existencia de componentes ancestrales de la microbiota humana que han estado viviendo en el tracto gastrointestinal humano desde antes de la separación evolutiva entre el Homo Sapiens y el Neandertal, ocurrida hace más de 700.000 años.

 

«Estos resultados nos permiten averiguar qué componentes de la microbiota intestinal humana son esenciales para nuestra salud, ya que son elementos integrales de nuestra biología también desde un punto de vista evolutivo», explica Marco Candela, profesor de la Universidad de Bolonia en Italia, quien coordinó el equipo internacional de investigadores. El equipo también incluye, entre otros, a Simone Rampelli y Silvia Turroni de la Universidad de Bolonia, y Carolina Mallol de la Universidad de La Laguna en las islas Canarias, España.

 

La microbiota intestinal es el conjunto de billones de microorganismos simbiontes que pueblan nuestro tracto gastrointestinal. Representa un componente esencial de nuestra biología y desempeña importantes funciones en nuestro organismo, como ayudar a regular nuestro metabolismo y nuestro sistema inmunitario y protegernos contra microorganismos patógenos.