Lanzado al espacio en 1990, el telescopio espacial Hubble lleva ya 31 años observando el cosmos. Ha realizado más de 1,5 millones de observaciones del universo y se han publicado más de 18.000 estudios científicos con sus datos. Ha contribuido a algunos de los descubrimientos astronómicos más significativos de los últimos tiempos, como la expansión acelerada del universo, la evolución de las galaxias con el tiempo y los resultados de los primeros estudios atmosféricos de planetas de fuera de nuestro sistema solar. Aunque ahora hay bastantes telescopios espaciales, y antes de él ya hubo unos pocos y en un futuro cercano probablemente comenzarán su misión otros que hasta no hace mucho habrían sido dignos de la ciencia-ficción, el Hubble cuenta con un carisma y una fama que serán difíciles de superar. Como ejemplo, durante muchos años la comunidad científica, la prensa y el público le llamaba a menudo “el Telescopio Espacial” a secas, dada la ausencia de satélites astronómicos de su tipo que fuesen rivales a su altura.

El 13 de junio pasado, el ordenador de a bordo de este satélite astronómico sufrió los efectos de una avería y se detuvo, suspendiéndose las operaciones científicas. El sistema de emergencia puso a los instrumentos científicos en una configuración segura y el destino de la nave quedó en manos del equipo de ingenieros de la misión.

Se inició entonces una intensa labor por parte del equipo de misión en la Tierra con el propósito de investigar lo sucedido y conseguir que el Hubble volviese a funcionar. Después de probar varias posibles soluciones sin alcanzar el éxito, se decidió activar el ordenador de reserva, para relevar al que había dejado de funcionar.

El 15 de julio, los técnicos de la NASA activaron con éxito el ordenador del Telescopio Espacial Hubble y otros sistemas.

El cambio incluyó la puesta en servicio de la PCU (Power Control Unit) de reserva y de la CU/SDF (Command Unit/Science Data Formatter) de reserva en el otro lado de la unidad SI C&DH (Science Instrument and Command & Data Handling)

La PCU distribuye la energía a los componentes del SI C&DH, y la CU/SDF envía y formatea comandos y datos.

Además, a otras piezas de hardware a bordo del Hubble se las hizo pasar de las interfaces que habían usado, a otras interfaces alternativas, con las que se logró conectarlos al SI C&DH suplente. Una vez completados estos pasos, el ordenador de de reserva en esta misma unidad se encendió y se cargó con el software de vuelo y se puso en modo de operación normal.