Un iceberg gigante, más grande que París y sus alrededores, se desprendió de la sección norte de la plataforma de hielo Brunt en la Antártida el 26 de febrero. Imágenes posteriores tomadas mediante radar por el satélite Sentinel-1 de la Agencia Espacial Europea (ESA), muestran al iceberg de 1270 kilómetros cuadrados separándose de la plataforma de hielo flotante y alejándose rápidamente de ella.

Los glaciólogos han vigilado con mucha atención las numerosas grietas y simas que se han formado en la plataforma de hielo Brunt, de 150 metros de espesor, durante los últimos años.

A finales de 2019, se detectó una nueva grieta en una parte de la plataforma de hielo, que se ampliaba en dirección hacia otra gran grieta.

Esta última grieta fue monitorizada minuciosamente mediante imágenes captadas por satélite, ya que se vio que se propagaba rápidamente por la plataforma de hielo. Los datos obtenidos a partir de observaciones del Sentinel-1 indicaban que la región al norte de la nueva grieta era la más inestable, con un movimiento de unos 5 metros al día. Entonces, en las primeras horas del 26 de febrero, la nueva grieta se ensanchó rápidamente antes de que el bloque se separase finalmente del resto de la plataforma de hielo flotante.

El iceberg será vigilado cuidadosamente a partir de ahora, ya que resulta bastante imprevisible a dónde puede desplazarse. Podría incluso colisionar con otra sección de la plataforma de hielo de la que se ha desprendido y causar una fragmentación adicional, tal como señala Mark Drinkwater de la ESA.