SANTO DOMINGO.- Cuando en octubre del 2017 Juan Carlos Bisonó asumió la presidencia del Instituto de Previsión y Protección del Periodista (IPPP), recibió una institución con un gran prestigio, ofreciendo servicios de asistencia social, médica, recreativas, entre otras.

En apenas unos meses convirtió esa entidad en una entelequia sin nada que ofrecer a sus miembros, que son los periodistas, pues perdió su seguro médico, de vida, funerario y el denominado de últimos gastos, y la capacidad y vocación de gestiones para sacar de apuros a periodistas que incurrían en gastos millonarios por problemas de salud.

También perdió la asignación de RD$3,000.00 mensuales que se daba como ayuda o pensión solidaria a un grupo de 25 a 50 periodistas, la asistencia social permanente, las actividades recreativas, tales como encuentros familiares en centros acuáticos, parques y otros lugares.

Además, desaparecieron las opciones de viajes al interior y exterior del país, la publicación de una revista bimensual, el cobro permanente de la ley 10-91, entre múltiples actividades.

De todo esto sólo queda un IPPP que gasta todos sus ingresos en cubrir el alquiler de un apartamento en la capital a su presidente, Bisonó, y en reparar, echar combustible y otras “lindezas” al vehículo de la institución, que lo tiene destartalado e incluso fundido en un taller de Santiago,
pero como si todo esto fuera poco, las deudas del IPPP superan los tres millones de pesos (RD$3,000,000.00), tal como se vió obligado a informar el propio Bisonó durante la asamblea del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) el 25 de mayo de este año 2019.

A esto es lo que él llama una economía saneada en el IPPP, la cual se propone ejecutar en caso de llegar a la presidencia del CDP, a la que aspira, dado el éxito que ha tenido en conducir al abismo este organismo que tiene la responsabilidad de ofrecer la seguridad social de los periodistas,
como si esto fuera poco y ante la imposibilidad de ganar la presidencia del CDP en sana competencia, el susodicho y su equipo recurren a una campaña sucia que implica acusar de todo lo que hace y ha hecho en el IPPP a sus adversarios, pero confiamos en que los periodistas saben diferenciar entre la pose, el allante y la vocación de servicio y la capacidad de trabajo de sus dirigentes para elegir a quienes deben dirigir el CDP, el IPPP y el Tribunal Disciplinario votando por la plancha número 1 de los movimientos Marcelino Vega (MMV) y Raffy Durán, en las elecciones de este viernes 6 de septiembre.