El calentamiento global avanza con fuerza, y ahora unos científicos han logrado calcular cuánto hielo neto se ha perdido en años recientes en la zona de la Antártida que más deprisa está cambiando.

 

Una veintena de grandes glaciares conforman lo que se conoce como Amundsen Sea Embayment, una zona del sector occidental de la Antártida que es cuatro veces más extensa que el Reino Unido y que almacena tanta agua en forma de hielo que si se derritiese todo él, el nivel global del mar subiría más de 1 metro.

 

El equipo de Benjamin Davison y Anna Hogg, de la Universidad de Leeds en el Reino Unido, ha calculado el balance de masa del Amundsen Sea Embayment en el periodo que va de 1996 a 2021. El balance combina la masa de la nieve y el hielo ganada con las precipitaciones, con la masa perdida a través del desprendimiento de bloques de hielo que van a parar al mar convirtiéndose en icebergs que flotan a la deriva y que a menudo no tardan mucho en derretirse.

 

Cuando la pérdida de masa por el desprendimiento de bloques de hielo no es compensada por la ganancia de masa aportada por la nieve que cae sobre la zona, se produce una pérdida neta de masa. Esta masa perdida contribuye al aumento del nivel del mar.

 

Los resultados del estudio muestran que la Antártida Occidental experimentó una pérdida neta de algo más de 3 billones (millones de millones) de toneladas de hielo (concretamente 3,331 billones) entre 1996 y 2021. Esa masa perdida provocó un aumento de más de 9 milímetros en el nivel global del mar.

 

Puede parecer poco, pero si todo ese hielo perdido se amontonara en Londres, una corteza de más de 2 kilómetros de altura cubriría la ciudad entera. Si ese hielo cubriera Manhattan, la corteza tendría 61 kilómetros de altura.