Los motores están por todas partes en nuestra vida cotidiana, desde en los coches hasta en las lavadoras. La miniaturización de los motores está alcanzando dimensiones y grados de sofisticación que ya comienzan a permitirnos ver en el horizonte tecnológico la fascinante posibilidad de que las nanomáquinas se extiendan por nuestra vida cotidiana y que además sea posible sustituir algunas de las fuentes de energía que utilizamos en los dispositivos de bolsillo actuales.

 

Un equipo que incluye a Yuebing Zheng y Jingang Li, de la Universidad de Texas en la ciudad estadounidense de Austin, ha fabricado el primer nanomotor óptico de estado sólido de la historia. Todas las versiones anteriores de estos motores accionados por la luz residían en algún tipo de líquido, lo que frenaba su potencial para la mayoría de las aplicaciones prácticas.

 

Los investigadores prevén que los motores de este nuevo tipo sirvan para una amplia gama de aplicaciones. El movimiento giratorio de un nanomotor así podría recoger las partículas de polvo y otras, por lo que sería útil para medir la calidad del aire. Los nanomotores de este tipo también podrían alimentar diminutos drones de vigilancia, así como otros minivehículos. Con las adaptaciones necesarias, podrían asimismo propulsar a dispositivos de administración de fármacos en el interior del cuerpo humano.

 

El nuevo motor mide menos de 100 nanómetros y puede girar sobre un sustrato sólido bajo la iluminación de la luz. Puede servir como motor sin combustible ni engranajes para convertir la luz en energía mecánica con la que accionar diversos sistemas de estado sólido nanoelectromecánicos o microelectromecánicos.