Además de los 24.000 millones de toneladas de suelo fértil perdido, la degradación de la calidad de la tierra es responsable de la reducción del producto nacional bruto en un 8% cada año. Nuestra tierra se desgasta. Con ocasión del Día Mundial contra la Desertificación y la Sequía, las Naciones Unidas llamaron a proteger el suelo, restaurarlo y utilizarlo de manera más sabia.

“La desertificación, la degradación de las tierras y la sequía son grandes amenazas que afectan a millones de personas en todo el mundo, en particular a mujeres y niños”, aseguró el Secretario General de la ONU en un mensaje difundido con el motivo del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía.

Para el 2025, dos tercios del mundo vivirán en condiciones de «estrés hídrico», cuando la demanda supere la oferta durante ciertos períodos, con 1800 millones de personas que experimentarán una escasez absoluta de agua. Es probable que la migración aumente como resultado de la desertificación, y se estima que, para 2045, será responsable del desplazamiento de unos 135 millones de personas.

Por ese motivo, António Guterres señala que es “urgente” cambiar esta tendencia: “Proteger y restaurar la tierra y utilizarla mejor puede reducir la migración forzada, aumentar la seguridad alimentaria y estimular el crecimiento económico.”

El cuidado de la tierra también puede ayudarnos a afrontar la emergencia mundial que nos plantea el cambio climático.