Casa93 es una idea surgida en las favelas de Rio, desarrollada en las afueras de París y ahora implantada en un barrio desfavorecido de la ciudad francesa de Toulouse (suroeste), para enseñar a jóvenes creadores a hacer una moda barata y durable.

Oculta entre enormes edificios de apartamentos, en el barrio popular de Mirail, la sala es amplia, con grandes ventanales, llena de tejidos, carretes de hilo, botones de todos los colores, manequíes de plástico y libros de moda.

En torno a una mesa de madera, trece estudiantes escuchan los consejos de los fundadores de la prestigiosa marca francesa Marithé + François Girbaud.

El objetivo: adaptar vestidos de la marca de lujo Valentino para una moda «casual», que se pueda llevar todos los días.

«Por mucho que traces lineas en todos los sentidos, recuerda que un pantalón tiene solo dos piernas», explica Marithé Bachellerie, de 81 años, madrina de esta primera promoción de Casa93 Mirail, con su cómplice François Girbaud, de 78 años.

Se trata de «enseñarles a hacer ropa que se pueda llevar» y «que dure (…) porque hemos perdido esa noción», explica esta diseñadora, que critica la «fast fashion» o «moda desechable».