Según revela una nueva investigación, un rasgo permite clasificar a todos los cánceres en dos tipos. Esto podría abrir un nuevo horizonte en el tratamiento del cáncer.

Un equipo que incluye, entre otros, a Rod Bremner y Joel Pearson, ambos del Instituto de Investigación Lunenfeld-Tanenbaum, adscrito a la red de centros de salud Sinai Health System en Canadá, ha conseguido catalogar todos los cánceres en alguno de dos grupos: el de los cánceres que tienen activa la proteína YAP y el de los que no.

La YAP desempeña un papel importante en la formación de tumores malignos.

Sin embargo, dependiendo del tipo de cáncer, la YAP puede tener efectos procáncer o anticáncer.

Los cánceres en los que la YAP está activa la necesitan para crecer y sobrevivir. En cambio, los cánceres en los que la YAP está inactiva dejan de crecer si esta se halla activa, tal como comprobaron Bremner y sus colegas cuando provocaron su activación.

Muchos cánceres que tienen la YAP desactivada son muy letales. En su nueva investigación, el equipo de Bremner ha constatado que algunos cánceres como el de próstata y el de pulmón pueden saltar de un estado con la YAP activada a otro en el que la proteína está desactivada, para así resistir mejor ciertas terapias anticáncer