Un equipo de científicos dirigido por la profesora Antonella Consiglio del IDIBELL y la Universidad de Barcelona (UB) y el profesor Angel Raya del Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona (CMR[B] / IDIBELL) han descubierto que las versiones defectuosas de unas células cerebrales humanas llamadas astrocitos están vinculadas a la acumulación de una proteína tóxica característica de la enfermedad de Parkinson. Los astrocitos estudiados, derivados de pacientes con enfermedad de Parkinson con una mutación genética, generaron más acumulación de una toxina llamada alfa-sinucleína que los derivados de individuos sanos. El trabajo, que se publicó el 10 de enero en la revista Stem Cell Reports, sugiere un papel importante de las células de ese tipo en la enfermedad de Parkinson y propone posibles nuevas dianas terapéuticas.

«Nuestros resultados cambian completamente nuestra visión anterior de la participación de los astrocitos en la enfermedad de Parkinson. De verlos como células espectadoras principalmente con un rol protector temprano, hemos pasado a considerarlas jugadores críticos que propagan la enfermedad y amplifican el grado de degeneración neuronal», explica Consiglio, jefa de grupo de investigación en el IDIBELL y profesora de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Barcelona, el Instituto de Biomedicina de la UB (IBUB).

Los astrocitos, que tienen forma de estrella, se extienden alrededor de las sinapsis y a lo largo de los vasos sanguíneos. Analizando muestras del tejido cerebral post mortem de pacientes con Parkinson se sabía que sus astrocitos mostraban una acumulación anormal de alfa-sinucleína. Sin embargo, esto era interpretado por la mayoría de los investigadores como una respuesta secundaria, como si los astrocitos estuvieran tratando de eliminar los agregados de sinucleína alfa de las neuronas.