En el Instituto Tecnológico de Auckland (Nueva Zelanda), el grupo Biomat de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) ha creado, mediante una impresora 3D, prótesis de gelatina para ayudar a la regeneración de tejidos. La impresora permite adaptar la prótesis a las necesidades exactas del paciente, y la composición también puede incluir los componentes necesarios. En esta investigación, por ejemplo, han añadido dexametasona como antiinflamatorio y lactosa como agente reticulante, para dar mayor estabilidad al biomaterial en entornos acuosos.

En medicina regenerativa, existe una tendencia cada vez mayor a desarrollar materiales biodegradables para ayudar a que los tejidos regeneren. Las técnicas de fabricación avanzadas, como las impresoras 3D, además, están sirviendo de ayuda en ese trayecto. El grupo de investigación BIOMAT-biopolymeric materials de la Escuela de Ingeniería de Gipuzkoa de la UPV/EHU ha combinado las dos y ha diseñado un biomaterial de gelatina. Es decir, ha utilizado una impresora 3D para fabricar una protesis y poder utilizarla en medicina regenerativa. “Además, nuestra materia prima ha sido gelatina derivada de residuos de la industria cárnica, por lo que también hemos conseguido valorizar residuos”, explica Alaitz Etxabide, miembro del grupo de investigación BIOMAT y primera autora del trabajo.

Las impresoras 3D ofrecen la oportunidad de adaptar tanto el diseño como la composición de la prótesis a las necesidades de cada paciente, “cosa que no hacen las prótesis estándar de hoy en día. Se pueden diseñar las prótesis en función de la anatomía individual de cada paciente, utilizando softwares específicos para ello, y que la adaptación sea absoluta”, aclara la doctora en ingeniería de materiales renovables.

La “tinta” para ser utilizada en la impresora 3D fue una mezcla de tipo hidrogel, cuyo principal componente fue la gelatina, obtenida mediante hidrólisis de los residuos de colágeno citados. “El mayor obstáculo que tuvimos que superar fue que la gelatina se disuelve muy rápido en entornos acuosos, y todavía con mayor celeridad a temperaturas como la corporal”, comenta Etxabide. Y aunque es cierto que es conveniente que las prótesis para ser utilizadas en biomedicina puedan ser disueltas y digeridas por el organismo, conviene que esto suceda transcurrido un tiempo, el necesario para que el tejido dañado se regenere. “Para ello, añadimos lactosa a la mezcla, pensando que ralentizaría la degradación de la gelatina al reaccionar con ella”, declara.