Una investigación ha buscado y encontrado la causa principal de que algunos niños sufran síntomas graves de COVID-19 mientras que otros los experimentan solo de forma leve o incluso sin síntomas aparentes.

El estudio es obra de científicos de un instituto del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) y seis hospitales y clínicas del área metropolitana de Buenos Aires, en Argentina todas estas entidades.

Los autores de la investigación lograron identifican factores que explican por qué algunos niños tienen síntomas severos y otros muy leves o casi inexistentes al cursar COVID-19, lo cual permitiría explorar blancos terapéuticos para el desarrollo de futuros tratamientos destinados a pacientes graves.

“Los resultados de nuestro trabajo muestran que, en los casos graves de COVID-19, las características en los niños son diferentes a las observadas en adultos”, señaló la médica Lourdes Arruvito, investigadora del Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y SIDA (INBIRS), que depende de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y del CONICET.

Los científicos investigaron el estado de los neutrófilos, un tipo de glóbulo blanco de defensa, durante la infección por SARS-CoV-2 en 222 niños. “Los neutrófilos ayudan a combatir la infección, eliminando el virus. Pero pueden también lesionar el tejido pulmonar y generar inflamación”, explicó Arruvito, quien es doctora en Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires con especialización en Inmunología.

El trabajo se realizó entre mayo y octubre de 2020. Arruvito y colegas compararon 182 niños y niñas de 6 meses a 15 años residentes en el área metropolitana de Buenos Aires que cursaron COVID-19 de manera asintomática o leve (fiebre, dolor de garganta, o incluso neumonía no severa) con otros 40 que habían desarrollado un síndrome inflamatorio multisistémico vinculado a la infección, con frecuentes problemas cardiacos, hematológicos, cutáneos que, en su mayoría, obligó a internarles en cuidados intensivos.

Los investigadores observaron que aquellos niños con COVID-19 leve presentaban neutrófilos con características particulares, entre ellas una baja expresión de moléculas de adhesión, lo cual dificulta que migren a tejidos como el pulmón. También expresan más receptores inhibitorios, lo cual regula su función y mejora su control. “Por este motivo podrían generar menos daño pulmonar”, explicó Arruvito.