La presencia de pequeñas cantidades de metales pesados en las aguas residuales implica un problema serio para la posterior reutilización de estas aguas, por lo que encontrar métodos de eliminación de metales pesados es objeto de estudio desde hace décadas.

Existen numerosas técnicas para eliminar o reducir la cantidad de estos metales en el agua. La precipitación química, el intercambio de iones y la adsorción son las técnicas más utilizadas en la práctica para el tratamiento de aguas residuales.

Uno de los métodos químicos utilizados es la precipitación de ferritas de estos metales, que son compuestos magnéticos que pueden separarse fácilmente del medio mediante un imán. El procedimiento es sencillo y se basa en la adición de una sal de Fe3+ y un medio básico (OH) al agua contaminada con iones metálicos (Mx+), lo que permite la formación de ferritas metálicas (MFe2O4).

En general, esta metodología se ha utilizado para tratar altas concentraciones de iones metálicos. Como resultado, las ferritas producidas contienen impurezas, y no hay control de las propiedades del material obtenido.

En un estudio reciente, investigadores del grupo MATELEC en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) en España han ideado una nueva metodología rápida, sencilla y que no genera residuos, ya que los materiales que se forman son recuperados fácilmente y pueden ser reutilizados.