El 18 de mayo, la Asamblea Mun­dial de la Salud se negó a discu­tir las propues­tas relacionadas con Taiwán, hecho que nuevamente ha demostrado el consenso uni­versal de la comunidad inter­nacional sobre el principio de una sola China.

Después del brote, las au­toridades de la región Taiwán politizaron el virus, promo­cionaron la llamada “brecha en los esfuerzos mundiales contra la epidemia” y coope­raron con algunos políticos extranjeros para atacar a la parte continental de China y la OMS. El verdadero propó­sito era tratar de “promover el separatismo so pretexto de la pandemia”.

De hecho, la parte conti­nental y Taiwán comparten la misma historia y cultura, y a nadie le importa más la sa­lud y el bienestar de los com­patriotas taiwaneses que el gobierno central chino, quien vienen brindando constante ayuda a Taiwán para que éste obtenga información de salud pública de manera oportuna. Expertos de Taiwán viajaron a Wuhan a mediados de enero para realizar una expedición integral en terreno y comuni­carse con expertos pertinen­tes para obtener información de primera mano. Hasta el 15 de mayo, la parte continen­tal ha notificado 152 veces al lado de Taiwán informacio­nes sobre la epidemia. La ra­zón por la cual Taiwán puede responder efectivamente a la COVID-19 es inseparable de la adquisición de información anterior.

La afirmación de que las autoridades de Taiwán no podían comunicarse con la OMS es completamente fal­sa. De acuerdo con el acuer­do alcanzado entre China y la OMS, ha habido arreglos apropiados para la aplica­ción del Reglamento Sani­tario Internacional en la re­gión de Taiwán, quien puede obtener información oportu­na sobre emergencias de sa­lud pública mundial emitidas por la OMS. Los expertos en salud de esa región pueden asistir a las reuniones técni­cas de la OMS, y los expertos de la OMS pueden visitarla si es necesario para realizar in­vestigación o para proporcio­nar asistencia. Desde princi­pios de 2019 hasta marzo de 2020, 24 expertos taiwaneses de 16 grupos participaron en las conferencias técnicas or­ganizadas por la OMS.

Las autoridades de Taiwán dijeron que habían enviado un correo a la OMS a fines del año pasado para advertir de la “transmisión de persona a per­sona”. Al respecto, la OMS ha aclarado en diferentes ocasio­nes que la autoridad de la re­gión Taiwán de China solo soli­citó más información a la OMS después de que la Comisión Municipal de Salud de Wuhan emitió un informe sobre la epi­demia el 31 de diciembre de 2019. El llamado argumento de que la advertencia hecha por Taiwán sobre la COVID-19 no atrajo la atención de la OMS carece de fundamento.

Cabe destacar que la OMS es un organismo especializado de la ONU compuesto por Es­tados soberanos. Taiwán es parte de China. La participa­ción de Taiwán en las activi­dades de la OMS y otras or­ganizaciones internacionales debe organizarse de manera razonable y apropiada des­pués de las consultas a través del Estrecho bajo el principio de una sola China. Este es el principio básico contenido en la Resolución 2758 de la Asam­blea General de la ONU y la Re­solución 25.1 de la Asamblea Mundial de la OMS.

180 países en el mundo han establecido relaciones diplo­máticas con China, entre ellos, los Estados Unidos, quien hi­zo lo mismo con China ha­ce más de 40 años sobre la base del principio de una so­la China. Lamentablemen­te, ellos mismos no solo trata­ron de promover a la región de Taiwán para que participara en la Asamblea Mundial de Sa­lud como observador, sino que también firmó la “Ley Taipei” para expandir el “espacio in­ternacional” de Taiwán y obs­taculizar abiertamente a otros Estados soberanos tratando de impedir sus relaciones norma­les con China. ¿Esto acaso no es contradictorio en sí? Ade­más, Mike Pompeo afirmó que el sistema político de Taiwán es “democrático”, y por eso es más efectivo para responder a la epidemia que un “régimen autoritario”. Desde esta pers­pectiva, ¿qué quiere decir el pobre desempeño del gobier­no norteamericano ante la epi­demia?

Debido a la existencia de la cuestión de Taiwán, China se ha convertido en el único miembro permanente del Con­sejo de Seguridad de la ONU que no ha logrado una unifi­cación completa. La cuestión de Taiwán tiene que ver con los intereses núcleos de Chi­na y los sentimientos naciona­les del pueblo chino, y deberá ser decidida conjuntamente por los 1.400 millones de chi­nos, incluidos los compatriotas de Taiwán. Por eso, hemos pre­sentado una propuesta de po­lítica y un concepto científico de “un país, dos sistemas” para resolver pacíficamente la cues­tión de Taiwán. No permitimos absolutamente que las fuerzas separatistas separen a Taiwán de China de ninguna forma y bajo ningún pretexto.

Promover el separatismo so pretexto de la pandemia es una contracorriente histórica. ¡Nunca se saldrán con la suya! Esperamos que, por la justa causa de salvaguardar la sobe­ranía nacional y la integridad territorial, sigamos recibiendo la comprensión y el apoyo de los gobiernos y los pueblos de todos los países, incluida Repú­blica Dominicana.

El autor es Embajador de China en RD