Entre 10 y 12 mil estudiantes visitan, durante toda la semana, los laboratorios del Instituto Politécnico Loyola (IPL) en horario de 7:30 de la mañana a 9:00 de la noche, como parte fundamental del proceso enseñanza- aprendizaje.

El director de Talleres y Laboratorios, Carlos Heredia, explicó que actualmente la institución jesuita tiene 78 laboratorios, entre los que se encuentran los de Informática y Tecnología, Ciencia, Agropecuaria, Tecnología Pesada, Cocina, Carpintería y Mecánica Diésel ABC, este último mediante un acuerdo con la empresa Implementos y Maquinarias, IMCA.

Una vez sea inaugurado el Centro de Investigación, que actualmente se construye en la ciudad técnica Loyola, se integrarán 14 laboratorios de Electrónica, Proceso de Manufactura e Informática, entre otros. El centro de altos estudios posee un Smart Grid, una red inteligente en la que los estudiantes aprenden todo el proceso de las redes eléctricas, de uso exclusivo para los futuros ingenieros que se forman en el Instituto Especializado de Estudios Superiores Loyola (IEESL).

Robert D León, profesor de laboratorios de Audio y Video, precisó que desde la fundación del IPL, los sacerdotes jesuitas concibieron en los planes de estudio el uso de la práctica como un eslabón fundamental que acerca a los estudiantes al trabajo real que se hace en la industria, para lo cual los laboratorios constituyen una importante herramienta en la formación técnica.

Débora Vásquez y Alexandra Moscat, docentes en las áreas Comunicación y Digital, expresaron que la comprobación de los conocimientos previos, sucede en los laboratorios a los que diariamente acuden los alumnos.

La utilización de los talleres y laboratorios en el IPL está soportada por unas normas y políticas que definen los elementos que los componen y a quienes hacen uso de ellos, como: usuarios, laboratorios, talleres, materiales, equipos y sustancias peligrosas. Así como Normas Generales de Funcionamiento, Responsables de Usuarios, Acceso y Seguridad en Talleres y Laboratorios.

Todo ello garantiza el orden, la seguridad y el máximo aprovechamiento de estas instalaciones destinadas a la docencia y permite establecer las directrices que deben seguir los usuarios, así como el manejo de los equipos que en estos se encuentran y dar cumplimiento a lo establecido.