Más de medio millón de independentistas catalanes se reunieron ayer en el centro de Barcelona, en una jornada de huelga general, para protestar por la sentencia que condena por secesión a sus líderes a más de nueve años de prisión por la intentona soberanista de 2017.

Unas 525.000 personas, según la Policía local, se congregaron en el centro de la capital catalana y protestaron de forma pacífica, después de llegar a pie en cinco marchas desde distintos puntos de esa región española que acabaron este viernes en Barcelona.

Encabezando la manifestación, una pancarta con el lema “Por los derechos y las libertades, huelga general” y un lazo amarillo, símbolo de protesta por la prisión de los nueve líderes independentistas condenados por el Tribunal Supremo español.

En el recorrido se oyeron proclamas a favor de la independendecia y pidiendo la libertad de los políticos soberanistas presos.

La marcha concluyó con la lectura de un comunicado en la voz de Elisenda Paluzie, presidenta de la organización independentista Asamblea Nacional de Cataluña (ANC), quien defendió una nueva declaración unilateral de independencia, tal y como ocurrió en octubre de 2017. “Les pedimos a los partidos independentistas que esto no sea una maniobra de dilatación de los tiempos. Si el diálogo no llega, preparaos para sostener una declaración unilateral de independencia, la gente estaremos ahí para defenderla pacíficamente”, dijo.

A diferencia del carácter pacífico de la manifestación principal, otra concentración paralela registró incidentes graves, algunos heridos y varios detenidos.

El ministro español del Interior, Fernando Grande-Marlaska, cifró en rueda de prensa en 207 el número de agentes de las fuerzas de seguridad heridos en los disturbios en Cataluña desde el pasado lunes.