Desde que una madera transparente se presentó públicamente por vez primera en 2016, este singular material ha continuado siendo mejorado por los investigadores del Real Instituto de Tecnología (KTH) de Estocolmo en Suecia, con la idea de hacerlo útil como un innovador material estructural para la construcción de edificios. Sus principales bazas son que deja pasar la luz natural y que incluso puede almacenar energía térmica.

La clave para convertir la madera normal en un material compuesto transparente es eliminar su lignina, el principal componente de la madera que absorbe la luz. Pero los poros vacíos que deja la ausencia de la lignina deben rellenarse con algo que restaure la robustez de la madera y al mismo tiempo permita la penetración de la luz.

En versiones anteriores de la madera transparente, los investigadores del Centro Wallenberg de Ciencia de la Madera del KTH utilizaron polímeros de origen fósil. Ahora, Céline Montanari, Lars Berglund y sus colegas han probado con éxito una alternativa ecológica: el acrilato de limoneno, un monómero fabricado a partir del limoneno.

El acrilato de limoneno se fabrica a partir de materiales cítricos renovables, como los residuos de pieles que se pueden reciclar de la industria del zumo de naranja. Este ingrediente se utiliza para crear el polímero que restablece la robustez de la madera deslignificada y permite el paso de la luz.

El nuevo compuesto ofrece una transmitancia óptica del 90 por ciento con un grosor de 1,2 milímetros y un efecto neblina bastante bajo, del 30 por ciento. A diferencia de otros compuestos de madera transparentes desarrollados en los últimos cinco años, el material desarrollado en el KTH está destinado a un uso estructural. Presenta un rendimiento mecánico elevado: con una resistencia de 174 MPa (25,2 ksi) y una elasticidad de 17 GPa (o unos 2,5 Mpsi).