En nuestro andar diario encontramos distintos personajes, como extraídos de molde, poseen patrones y características definidas que hacen distintos personajes en las obras de teatro, novelas que vemos o leemos a diario que no son más que réplicas de los guiones de películas que observamos en la vida misma.

Carl Jung, sabio y científico suizo, médico y psicólogo, fue precursor de la psicología analítica, destacado por sus inquietudes en torno al alma, la psiquis, la filosofía, la astrología, el tarot, los estudios de lo místico, leyendas y los sueños. Fue discípulo insubordinado de Freud, de quien se separó. Jung, considerado por muchos un gurú para Occidente por sus aportes a través de estudios espirituales y religiones comparadas, acuñó el término arquetipos refiriéndose a los símbolos universales, herencia del inconsciente colectivo, la memoria de lo que hemos vivido como humanidad.

Los arquetipos son muy útiles a la hora de conocer personalidades distintas en su forma de proyectarse. Nos podemos comportar distinto dependiendo del ámbito en que nos desenvolvemos, por ejemplo, una persona puede proyectar el arquetipo de rey en su quehacer público y asumir el arquetipo de embaucador en sus relaciones de amor.

El héroe: tiende a ser salvador de otros y defensor de las causas justas. Defiende y protege adquiriendo un protagonismo ante las circunstancias. Asume enfrentarse a los adversarios cueste le cueste.

El sabio: se enfoca en el conocimiento. Prima el saber, para lo que es capaz de escuchar y exponer sus conocimientos al servicio.

El inocente: tiene aire de ingenuidad y positividad ante la vida, inspira alegría y teme ser castigado por algún desliz.

El gobernante: controlador, trabaja por el bien común, tiene claridad, sabiduría y trabaja por la comunicad.

El amigo: es confiable y leal, este arquetipo se destaca por su empatía y solidaridad, establece un vínculo con personas con las que procura ser afín y encajar.

El cuidador: tiende a ser extremadamente empático, generoso y altruista. Se entrega a las causas, por lo que fácilmente se aprovechan de su alta sensibilidad.

El amante: procura armonizar y ser diplomático. Se destaca por su expresión de afectividad y simpatía.

El explorador: el arquetipo de trotamundos aventurero, buscando siempre nuevas experiencias en todos los ámbitos en que se desenvuelve. Atrevido, inestable e independiente.

El rebelde: vive en oposición a lo que hay, nada conforme con lo que está, por lo que difícilmente se adhiera al grupo, siempre procura hacerlo mejor y romper con el establishment.

El bufón: tiende a tomar la vida desde el humor, reír y hacer el espacio donde está más divertido

El creador: este arquetipo tiende a tener una imaginación muy fértil y a ser creativo, realizando su propio método.

El mago: tiene una visión del universo y quiere ayudar a los demás, con su carisma característico, para que el mundo sea diferente.

Actualmente, los arquetipos continúan evolucionando con el tiempo. Uno de los más de moda en este momento es el arquetipo de narcisista en las relaciones afectivas, que se refiere a personas proyectadas de forma egocéntrica y poco empática.