El balneario forma parte de la Ruta Chassériau, un recorrido turístico y cultural creado en 2019 en honor al pintor domínico-francés nacido en El Limón en 1819.

A unos cinco minutos en vehículo del centro urbano del distrito municipal, en la comunidad de San Juan Bautista, están las ruinas de una especie de pozo que perteneció a la familia del artista.

Si van, sabrán que es el lugar correcto porque justo allí, a un lado del camino de tierra, se colocó una reproducción gigante de la pintura “El baño de Esther” (1841).

La Poza de los Indios se encuentra a unos 300 metros de este punto. 

Le espera un baño fresco sobre un cauce sombreado y un ambiente tranquilo.

Minúsculos rápidos (¿le gusta hacer navegar barcos de papel?) dan paso a los charcos de aguas oscuras que dan parte del nombre al lugar.   

No es una, sino varias, las pozas y piscinas naturales que el río El Limón va esculpiendo antes de su desembocadura cuatro kilómetros más adelante, en el Atlántico. 

Enormes piedras, vestigio de un lecho irregular y en otros tiempos más caudaloso, sirven de plataforma para lanzarse con júbilo al agua verde.

Es un paseo bonito en el norte samanense, de fácil acceso, perfecto para disfrutar en familia.
 

DE INTERÉS

Seguridad. Un camino estrecho bordeado de helechos y enredaderas conduce al visitante a los diferentes charcos. No es llano. Las pequeñas pendientes son adecuadas para introducir a los pequeños de la casa en la exploración y el senderismo.  

Para comer. La comunidad de San Juan Bautista recién se inicia con esta ruta en el tema de turismo de naturaleza. Solicitar almuerzo en las casitas próximo al río o consumir en el pueblo es una forma de cooperar y de fomentar allí el desarrollo sostenible.