Un experimento masivo trastocó un postulado en torno a los agujeros negros y obligó a un replanteo en las últimas dos décadas de investigación. De qué se trata la emisión electrónica de Auger.

Desde la Teoría de la Relatividad que desarrolló Albert Einstein hasta hoy, los agujeros negros fueron objeto de las investigaciones más minuciosas. Tales regiones espaciales donde la atracción gravitacional es tan fuerte que nada puede escapar, ni siquiera la luz, aún hoy esconden múltiples misterios para la ciencia.

Más todavía si un postulado que hasta hoy se tenía sobre ellos se desmantela y obliga a un replanteo teórico. Su observación, se sabe, es dificultosa porque los agujeros negros no emanan luz. Son invisibles a excepción de los momentos en que devoran porque, de ese modo, la materia gira alrededor y forma anillos enormes que se llaman discos de acrecimiento.

«Vemos la emisión de la materia circundante justo antes de que sea consumida por el agujero negro. Esta materia circundante origina la forma de un disco, que sí se puede observar», explicó el físico Guillaume Loisel de Sandia National Laboratories en Albuquerque, Nuevo México. El fenómeno se debe a que la materia atraída hacia el disco de acrecimiento se calienta tanto que emite un brillo detectable a través de rayos X.

Sin embargo, podría existir un problema con un aspecto de la teoría sobre los agujeros negros y sus emisiones de disco de acreción debilitarían investigaciones de las últimos veinte años. Otra vía de detección es por la radiación plasma exótica que emite la materia al desaparecer en la frontera del agujero negro. «Los modelos utilizados para interpretar sus espectros nunca habían sido probados en el laboratorio hasta ahora», dijo Jim Bailey, otro integrante del equipo.

Hacía allí fueron. Para recrear físicamente las condiciones más cercanas posibles alrededor de un agujero, utilizaron la máquina Z de Sandia, el generador de rayos X más potente del planeta. Su objetivo era probar la llamada emisión electrónica de Auger, la noción de que bajo la inmensa gravedad de un agujero negro y radiación intensa, los electrones de hierro energizados no emiten luz en forma de fotones.

Los resultados, publicados en Physical Review Letters, fueron a contracorriente. El experimento de cinco años encontró que la emisión electrónica de Auger nunca ocurrió, como debería haber sucedido, cuando aplicaron energías intensas de rayos X a un compuesto de silicio.

Según los investigadores, el silicio experimenta el efecto Auger con más frecuencia que el hierro, por lo que las pruebas deberían haber demostrado el fenómeno en caso de que la presunción fuera verdadera.

Pese a la contundencia de los resultados, todavía no se baraja una solución posible que determine qué es lo que ocurre en realidad. Eso sí, el descubrimiento interpela a los astrofísicos. «Nuestra investigación sugiere que será necesario volver a trabajar muchos artículos científicos publicados en los últimos 20 años», advirtió Loisel.