Hace 66 millones de años, un asteroide cayó a la Tierra y exterminó a los dinosaurios y a muchas otras especies. La historia de algunos grupos de animales terminó entonces. Pero la de otros comenzó. En una investigación reciente, se ha hecho un descubrimiento llamativo al respecto.

 

Los resultados de este estudio revelan que, sorprendentemente, las casi cuatro mil especies actuales de serpientes y otras especies de serpientes ya extintas descienden de tan solo un puñado de especies. Esas serpientes ancestrales demostraron tener una capacidad de resistencia formidable ante el cataclismo desencadenado por el asteroide.

 

Los autores del estudio, entre quienes figuran Nick Longrich, de la Universidad de Bath en el Reino Unido, y Catherine Klein, que ahora trabaja en la Universidad Friedrich-Alexander de Erlangen-Nuremberg en Alemania, definen el caso de las serpientes como un ejemplo de «destrucción creativa» que permitió a las serpientes diversificarse para ocupar nuevos nichos ecológicos, antes acaparados por sus competidores.

 

Gracias a la desaparición de los dinosaurios y otras especies, las serpientes empezaron a diversificarse hasta alcanzar la riqueza actual de especies.

 

Klein, Longrich y sus colegas creen que la capacidad de las serpientes para refugiarse bajo tierra y pasar largos periodos sin alimento las ayudó a sobrevivir a los efectos destructivos del impacto. Tras el impacto, la extinción de sus competidores, incluyendo las serpientes que no perduraron más allá del Cretácico así como los dinosaurios, permitió a las pocas serpientes supervivientes ocupar nuevos nichos ecológicos, adaptarse a nuevos hábitats y aposentarse en nuevos continentes.