Dotada con visión computerizada y otras mejoras, una nueva y espectacular impresora 3D puede imprimir sin contacto físico directo, tiene mayor precisión, es más veloz y es capaz de emplear materiales que nunca antes se había logrado usar con éxito.
Con los sistemas de impresión 3D por inyección de tinta, los ingenieros pueden fabricar estructuras híbridas que tienen componentes blandos y rígidos, como pinzas robóticas lo bastante fuertes para agarrar objetos pesados pero lo bastante blandas para interactuar con seguridad con los humanos.
Estos sistemas de impresión 3D multimaterial utilizan miles de boquillas para depositar diminutas gotas de materiales resinosos, que se alisan con un rascador o rodillo y mediante luz ultravioleta se robustecen (experimentan un proceso de “curado”) hasta alcanzar su estado final. Pero el proceso de alisado puede indebidamente aplastar o manchar las resinas cuyo proceso de curado es lento. Esto ha venido limitando mucho los tipos de materiales que pueden utilizarse.
Unos investigadores han desarrollado un nuevo sistema de impresión 3D por inyección de “tinta” que funciona con una gama mucho más amplia de materiales. Su impresora utiliza visión por ordenador para escanear automáticamente la superficie de impresión 3D y ajustar en tiempo real la cantidad de resina que deposita cada boquilla para garantizar que ninguna zona tenga material de más o de menos.
Al no necesitar piezas mecánicas para alisar la resina, este sistema sin contacto directo funciona con materiales de curado más lento que los acrilatos que se utilizan tradicionalmente en la impresión 3D. Algunos materiales de curado más lento pueden ofrecer mejores prestaciones que los acrilatos, como mayor elasticidad, durabilidad o longevidad.
Además, el sistema automático de gestión de impresión realiza ajustes sin detener ni ralentizar el proceso de impresión, lo que hace que esta impresora sea unas 660 veces más rápida que un sistema de impresión 3D de inyección de tinta comparable.