Investigadores del Instituto de Biología Evolutiva, centro mixto del CSIC y la UPF (España), han identificado 300 elementos móviles del ADN que contribuyen a la adaptación al ambiente, clave para la evolución de las especies. Publicado en PLOS Genetics, es el estudio más extenso hasta la fecha, con el análisis de los elementos móviles del ADN de 60 poblaciones naturales de mosca de la fruta. El trabajo arroja luz sobre los mecanismos de adaptación implicados en la respuesta al estrés, el desarrollo embrionario o el comportamiento.

 

Un estudio internacional liderado por Josefa González, investigadora del CSIC en el Instituto de Biología Evolutiva (IBE), centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Pompeu Fabra (UPF), revela que los elementos móviles del ADN tienen un papel relevante para la adaptación al ambiente.

 

El estudio, publicado en la revista PLOS Genetics, ha identificado 300 elementos móviles del ADN implicados en la adaptación al medio. Siendo el más extenso realizado hasta la fecha, con el análisis de 60 poblaciones de mosca de la fruta, el trabajo revela que la respuesta al estrés, el desarrollo embrionario o el comportamiento están influenciados por estas modificaciones genéticas.

 

La diversidad biológica está íntimamente relacionada con las mutaciones genéticas de los organismos. Algunas de estas modificaciones son causadas por los elementos móviles del ADN, fragmentos de genoma que pueden moverse de un lugar a otro del material genético provocando muchos cambios o mutaciones. En los humanos, se calcula que más de dos tercios del genoma lo comprenden los elementos móviles. Generalmente, estas mutaciones son nocivas para el organismo o no tienen ningún efecto. Sin embargo, algunas de estas variaciones son beneficiosas, causando una ventaja evolutiva a algunos individuos, y se acaban perpetuando en las poblaciones.