En los últimos diez años, el uso de los cigarrillos electrónicos ha aumentado considerablemente y en su mayoría sin reglamentación en muchos países. Los dispositivos se han diversificado en una amplia variedad de modelos, acompañados también de numerosos accesorios de muy diverso tipo, y se han comercializado en grandes cantidades, vendiéndose directamente al público. Los productores de cigarrillos electrónicos afirman que sus productos ayudan a los fumadores a dejar de fumar, lo que transmite la idea de que basta utilizar un cigarrillo electrónico para comenzar a disfrutar de esa ayuda.

 

El equipo del Dr. Richard Wang, de la Universidad de California en San Francisco, Estados Unidos, ha llevado a cabo una extensa revisión de resultados de investigaciones a fin de dilucidar hasta qué punto los cigarrillos electrónicos por sí solos pueden ayudar a dejar de fumar.

 

Los 64 estudios seleccionados para esta revisión engloban estudios de observación, en los que se encuestó a los participantes, pero no se les orientó, sobre su uso de los cigarrillos electrónicos, así como ensayos clínicos en los que los fumadores que intentaban dejar de fumar recibían cigarrillos electrónicos gratuitos bajo supervisión médica.

 

En su análisis de los estudios de observación en los que participaron grupos de personas que ya fumaban y utilizaban cigarrillos electrónicos, independientemente de que quisieran o no dejar de fumar, el equipo no encontró ningún efecto apreciable de los cigarrillos electrónicos en la capacidad de los participantes para dejar de fumar. En el siguiente grupo de estudios, en el que se encuestó a fumadores que utilizaban cigarrillos electrónicos y que sí indicaban un deseo de dejar de fumar, los investigadores tampoco encontraron ningún efecto.