Hace poco más de un año el partido de extrema derecha Vox entró por primera vez en un gobierno regional de España, un avance que espera replicar en otras zonas del país tras las elecciones regionales del 28 de mayo.

La región de Castilla y León ha sido una prueba «piloto» para Vox, que en 2019 se convirtió en la tercera fuerza en el Parlamento español, repite el jefe del partido, Santiago Abascal, para quien es «un ejemplo de la alternativa que necesita España».

Así como ocurrió en esa región mayormente rural al norte de Madrid, Vox podría ser indispensable para que el Partido Popular (PP, derecha), principal formación de oposición al gobierno del socialista Pedro Sánchez, logre una mayoría gubernamental en la mitad de las doce regiones que renovarán sus parlamentos el 28 de mayo.

Un escenario igualmente probable a nivel nacional si el PP gana las elecciones legislativas de finales de año, ya que necesitaría a los diputados de Vox para sacar del poder a Sánchez.

COALICIÓN CON EL PP

Desde que en marzo de 2022 ingresara en coalición con el PP al gobierno regional de Castilla y León, un hecho inédito para la extrema derecha desde el final de la dictadura de Francisco Franco en 1975, Vox no ha cesado de causar polémica.

El partido, que ha prometido poner a los sindicatos «en su sitio» si llega al poder en España, redujo la financiación a los dos grandes gremios en la región, llevando a uno de ellos, UGT, a despedir el mes pasado al 40% de sus empleados.

«Estamos sumidos en un proceso de crisis económica importante», admitió a la AFP en Valladolid, principal ciudad de la región, Vicente Andrés, secretario general regional del otro sindicato, Comisiones Obreras, que también prepara despidos.