Los residentes de los barrios pertenecientes a diferentes kilómetros de la carretera Sánchez en el Gran Santo Domingo, atraviesan por una constante sensación de angustia y temor, a la que son sometidos por la delincuencia que azota a esos sectores.

“Aquí no se puede vivir, ayer mismo atracaron una muchacha en esa esquina, y hace unos días una doña en la bomba, si no es por toda la gente que había ahí, hasta la matan”, afirmó Rafa, mecánico del barrio INVI.

En los populares sectores de los Kilómetros del 7 al 12 de la carretera Sánchez algunos moradores expusieron el peligro que representa caminar por las calles. Aseguran que la única forma de mantenerse a salvo contra los malhechores es no salir de sus casas, y que aún así, nunca están cien por ciento resguardados. “Mírame a mi, es desde aquí que yo recibo a todo el mundo (desde la marquesina de su casa), yo no salgo si no es estrictamente necesario, siempre trancado y el que quiera hablar conmigo tiene que venir aquí porque en la calle no se puede estar”, testificó Antonio, mientras sus palabras eran confirmadas por un amigo que compartía una tarde dominó.

Los relatos de asaltos, violaciones a la propiedad privada y despojo de pertenencias parecen indicar el diario vivir de los que habitan entre los llamados Kilómetros, tanto así que es más natural un día en el que los desaprensivos acotan contra varios, que uno en el que no se escuchan los murmullos de un nuevo atraco.

“Eso es lo normal aquí, uno ya hasta conoce las caras, no se sabe de dónde es que vienen pero son fijos, raro sería un día en el que no pasen”, manifestó un vecino del Kilómetro 12.

El relato de una periodista del diario, la cual fue despojada de sus pertenencias en un vehículo público de la ruta Independencia procedente del Kilómetro 7, forma parte de la evidencia en pos de los resultados de la delincuencia.

Colmaderos, motoristas y negociantes en general, claman por la intervención policial que pueda regalar un poco de seguridad a las entradas de sus casas.

“Aquí hacen falta policías que patrullen y se pasen el día dando vueltas, pero que también metan mano y agarren a los delincuentes presos. Ellos vienen en la mañana, dan una vuelta, otra en la tarde y ya. Por la noche como que se duermen y es cuando más se necesitan”, refirió Santiaguiño, motorista en la zona del Kilómetro 12.

Altos precios 
En un recorrido realizado por periodistas del Listín Diario, personas consultadas también expresaron su descontento por el alto costo de la vida.

¡Ay! mi hija, no se sabe cómo es que vamos a sobrevivir. A veces es dividiéndonos entre comer y pagar todo lo que se tiene que pagar porque cada día todo está más y más caro”, refirió Luisana, ama de casa.

El aumento de la factura eléctrica, los productos de la canasta básica y los servicios básicos de supervivencia, son un peso constante sobre la espalda de quienes mantienen familias en hogares pobres.

Expresaron la significativa lucha a la que se enfrentan en ocasiones al verse divididos entre comprar alimentos y prescindir de servicios tan básicamente necesarios como la energía eléctrica, o lo contrario.

Todo está carísimo.
Los residentes de estos sectores también tiraron el grito al cielo por el alto costo de la vida.

“Yo tengo una casa que mantener y como está la cosa, a veces a uno no le da. Una libra de pollo carísima, una libra de arroz carísima y el día que tú vas a comprar porque crees que están bajando, como dicen ustedes en la misma noticia, es que te lo encuentras más caro. Uno no sabe cómo es que se va hacer”, expresó con evidente molestia Pedro, un mercader de la zona.