Está muy extendida la suposición de que cerrar en un futuro cercano las centrales eléctricas alimentadas con combustibles fósiles tendría un gran impacto económico negativo. Se acepta que las energías limpias y renovables acabarán reemplazando a los combustibles fósiles, pero la cuestión es si ello resultaría rentable en un futuro cercano. Una nueva investigación ha profundizado en la cuestión, para el caso de Estados Unidos, aunque los resultados pueden dar una idea de cuál será la situación en otras naciones.

 

La transición a una producción de electricidad basada en fuentes de energía renovable que sea limpia o al menos neutra en carbono requerirá en Estados Unidos tanto la construcción de centrales eléctricas que usen tales fuentes de energía como la retirada de las centrales eléctricas que actualmente funcionan con combustibles fósiles.

 

En líneas generales, se denomina “neutra en carbono” a aquella fuente de energía cuya cantidad de carbono emitida durante su uso queda compensada por una cantidad no inferior de carbono absorbido durante su elaboración. El problema de la concentración creciente de dióxido de carbono en la atmósfera de la Tierra hace muy necesario evitar fuentes de energía cuyo uso agregue dióxido de carbono extra a la atmósfera.

 

Emily Grubert, del Instituto Tecnológico de Georgia en Estados Unidos, ha examinado la cuestión de si resultaría rentable en un futuro cercano que las energías limpias y renovables reemplacen a los combustibles fósiles. A tal fin, se ha ayudado de simulaciones ejecutadas en un modelo del sistema energético.

 

Los resultados de su análisis sugieren que la mayoría de las centrales eléctricas alimentadas por combustibles fósiles en Estados Unidos podrían ser cerradas no después del año 2035 logrando al mismo tiempo completar su vida útil normal. Ello se debe a que muchas de esas instalaciones están ya cerca del final de su vida útil. Dicho de otro modo, debido a que muchas de las centrales eléctricas estadounidenses alimentadas por combustibles fósiles ya son bastante viejas, el objetivo de abandonar para 2035 las fuentes de energía para producción de electricidad que agreguen carbono extra a la atmósfera no requeriría cerrar la mayoría de tales centrales antes de que completen su vida útil típica.