Luego de que la industria turística en Centroamérica y República Dominicana (CARD) registró su nivel más bajo en la llegada de visitantes, todos los países están listos para recibir nuevamente a los huéspedes. Claro, con la implementación de estrictas medidas de salud y seguridad y con estrategias para apoyar a las Mipymes, que representan 90% de los proveedores turísticos en la región.

Al hacer un recuento de daños, el cierre de fronteras y la paralización de las actividades económicas y sociales en todo el mundo, como medida para prevenir el impacto del Covid-19, generó una disminución exponencial del turismo mundial.

Esta actividad registró su peor año en 2020, con una caída de 74% en las llegadas internacionales (1,000 millones menos que en 2019), indica información de la Organización Mundial del Turismo (OMT). En comparación, el declive registrado durante la crisis económica global de 2009 fue de 4%.

El desplome de los viajes internacionales representa pérdidas estimadas de 1,300 millones de dólares (mdd) en ingresos de exportación, una cifra que multiplica por más de 11 veces las pérdidas registradas durante la crisis de 2009.

En el caso de las Américas, la llegada de turistas internacionales de enero a octubre de 2020 cayó -68%. Por fortuna, se estima un crecimiento en esta área a partir del tercer trimestre de 2021.

“Todos los países de la región se encuentran en procesos de reapertura, los cuales son sometidos a una constante revisión para determinar el avance, lo que involucra un trabajo colaborativo entre transporte aéreo, terrestre y marítimo, y de rubros que nutren al sector”, explica Carolina Briones, secretaria general de la Agencia de Promoción Turística de Centroamérica (CATA).

En cuanto al ingreso, la mayoría de los países solicita una prueba negativa de PCR de Covid-19 obtenida 72 horas antes del abordaje del vuelo. Costa Rica y República Dominicana son la excepción, al haber eliminado este requisito, pues aplican test rápidos en sus aeropuertos a los viajeros que ingresan al país.

En términos de conexión aérea, alrededor de 15 aerolíneas internacionales se encuentran operando hacia CARD, y se estima que en estos primeros meses del año más empresas reinicien sus operaciones en la región.

Al respecto, Sylvia Sáurez, vicepresidenta de la Asociación Costarricense de Profesionales en Turismo (Acoprot), considera que en el caso de Costa Rica, ya con todas las rutas aéreas reestablecidas, comenzará a haber mayor cantidad de visitantes.

En este sentido, es importante mantener los protocolos homogeneizados, razón por la que el país se sumó a la lista de destinos seguros, al obtener el sello Safe Travels del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC).

De acuerdo con Sáurez, la estimación es que el turismo aumente alrededor de 25% o 30% en los próximos meses, para que en temporada alta ( julio-agosto) alcancen entre 1.5 millones y 2 millones de visitantes.

Panamá también obtuvo el sello Safe Travel y ha puesto en marcha el proyecto Panama Best Practices, para que toda la cadena de valor aplique los mejores protocolos y estándares de bioseguridad.

Previamente, se realizaron simulacros para su implementación, dice Luis Ricardo Martínez, presidente de la Asociación Panameña de Profesionales en Congresos, Exposiciones y Afines (APPCE).

En República Dominicana pusieron en marcha un programa de reapertura responsable que, además de protocolos de salud e higiene, tiene un plan de asistencia gratuito para turistas. Éste incluye cobertura de emergencias médicas a pacientes con Covid-19.

La ventaja del destino son las buenas prácticas de muchos de sus operadores, en especial de los internacionales que ya contaban con la experiencia de un proceso de reapertura más avanzado, precisa Andrés Marranzini, vicepresidente ejecutivo de la Asociación de Hoteles y Turismo de la República Dominicana (Asonahores).

Destinos como Punta Cana, en la media isla, han sacado una delantera en el contexto internacional que les pone a la vanguardia y les permite acumular nueva experiencia, que sin duda debiera coadyuvar para los tiempos por venir, los cuales no serán cortos todavía, comenta Arturo García Rosa, presidente y fundador de RHC Latin America & The Caribbean.

LOS GRANDES DESAFÍOS
En CARD, más de 90% de los proveedores turísticos son Mipymes. Carolina Briones menciona que hay que impulsar los viajes regionales para fortalecer este segmento, mediante asistencia técnica y reforzamiento de capacidades para el aprendizaje, generación de contenido, promoción de la innovación e intercambio de buenas prácticas.

Asimismo, será necesario trabajar aún más como región, potenciar la sostenibilidad y la proyección. También hay que apostar por guías homologadas y enviar un mensaje unificado a través de entidades capacitadas para garantizar la inserción de la oferta turística en el nuevo escenario mundial.

Martínez coincide, al señalar que se debe poner atención a la cadena de valor. Esto, como parte fundamental del engranaje que conecta a los turistas con los servicios, por medio de aportes financieros que permitan su reflote.

De igual modo, es preciso apoyar las iniciativas que la empresa privada ha tenido en torno a la implementación de mejores prácticas, como punta de lanza en la promoción de los destinos.

“Los gobiernos deberán continuar trabajando en asistir, ayudar y colaborar con los pequeños, medianos y grandes jugadores de una industria que ha sido golpeada como ninguna otra”, opina García Rosa.

Otro reto será recuperar la confianza de los viajeros, para lo que se ha trabajado en los protocolos de bioseguridad necesarios. Esto tendrá que ocurrir en coordinación con los ministerios de salud, para aplicarlos a toda la cadena de producción y servicios.

“Esta nueva era nos obliga evidentemente a trabajar con una simbiosis indisoluble entre turismo y salud”, afirma Briones de CATA.

Al establecer protocolos de salud lo más estrictamente posible baja el nivel de vulnerabilidad que tiene un turista a la hora de realizar la visita y esto permitirá elevar su nivel de confianza, dice Sáurez, de la Acoprot.

Asimismo, es importante no sólo brindar información oportuna, veraz y de actualidad sobre los productos y servicios: “Divulgar las fortalezas y capacidades de los destinos puede abrirles una gran oportunidad”, enfatiza García Rosa.

Y añade que el sector privado ha hecho grandes esfuerzos para estar a la altura de las circunstancias, ajustando sus estructuras y servicios a los protocolos que aseguren los cuidados adecuados para cumplir no sólo con las exigencias que plantea la pandemia, sino también con las que disminuyan el temor de los viajeros.

Los especialistas anticipan que una vez superada la pandemia se mantendrán protocolos de seguridad muy estrictos.

Por lo tanto, el turista va a buscar lugares donde haya sostenibilidad y espacios abiertos donde pueda recrearse con la naturaleza. Asimismo, al ser un viajero más exigente y mejor informado, los viajes tendrán una mayor planificación.

RECUPERACIÓN PROGRESIVA
La reactivación de la industria será gradual. De hecho, iniciará con el turista local en cada uno de los países, como un primer estímulo a la cadena de valor que la integra. De esto fueron testigos los habitantes de la región en los dos últimos meses de 2020, refiere Briones.

Lo anterior representa una oportunidad para potenciarla, debido a que los destinos turísticos suelen situarse en una cadena de nodos caracterizada por la cercanía de uno al otro. Eventualmente esto potenciaría también el turismo intrarregional, el cual se espera sea el segundo en reactivarse.

Este mercado es vital para Centroamérica. Por ejemplo, en 2019 se registraron 5.13 millones de turistas provenientes de los países de la región, lo que representa 29% del total.

Por último, se espera que los viajes internacionales experimenten una reactivación significativa durante el tercer trimestre de 2021.

“Las expectativas a futuro para la industria son positivas, ya que el sector posee una capacidad de resiliencia inigualable que le ha permitido salir a flote en crisis pasadas como la de 2009”, puntualiza Briones.

En opinión de García
Rosa, de RHC Latin America & The Caribbean, el proceso de vacunación, consecuente inmunización y seguimiento de los resultados reales postvacunación, tomará todavía un tiempo. Por lo tanto, espera que a mediados o a finales de 2022 comience a verse una recuperación, en tanto que alcanzar cifras prepandemia (2019) no ocurrirá sino hasta 2023.

“La recuperación va a iniciar cuando los estados, empresarios y turistas entendamos que debemos continuar reuniéndonos, conociendo y viviendo en libertad, pero manteniendo los protocolos y normas preestablecidas para evitar el contagio”, afirma Martínez, de la APPCE.

Aunque la vocación de viajar se ha adormecido, en algunos casos profundamente, los deseos de volver a hacerlo están intactos.

“Hay futuro, la gente volverá a viajar, y lo hará con fuerza, con entusiasmo dentro de un contexto que quizás encuentre su mayor cambio en el hecho de volver a menos viajes por más tiempo y no más viajes por menos tiempo”, opina García Rosa.