El patrimonio arqueológico sudafricano de la Edad de Piedra ha sido objeto de numerosas investigaciones reveladoras, centradas sobre todo en la existencia de varias cuevas costeras y abrigos rocosos notables. Sin embargo, la presencia de humanos prehistóricos en las vastas regiones del interior del país, así como los recursos de que disponían allí y entonces, han sido hasta ahora una cuestión bastante enigmática.

 

Se sabe que en esas regiones vivió gente durante diversas épocas de la última era glacial, ya que así lo demuestran las evidencias arqueológicas esparcidas por esas zonas. Sin embargo, viendo lo desolado que es el paisaje desértico actual de esos lugares, resulta evidente que aquellos humanos prehistóricos no habrían logrado sobrevivir si las condiciones reinantes en su época hubieran sido las mismas que las de hoy en día. Por fuerza, debía haber una suficiente disponibilidad de agua, seguramente en forma de lagos.

 

En un nuevo estudio, un equipo internacional integrado, entre otros, por Andrew Carr, de la Universidad de Leicester en el Reino Unido, Brian Chase, de la Universidad de Montpellier en Francia, y Brian A. Stewart, de la Universidad de Michigan en Estados Unidos, ha buscado y analizado indicios de la existencia pretérita de tales lagos en esas zonas.

 

Los resultados del estudio confirman que esas regiones desérticas de Sudáfrica acogieron lagos en el pasado. Esto, por su parte, respalda la sospecha de que los humanos de la Edad de Piedra residieron en muchos más lugares de África de lo que se ha venido creyendo hasta ahora.